El Dr. Xavier Sales es Lecturer Dept. Accounting, Finance and Management Control
La metáfora se refiere al hecho de que un esclavo trabaja sin disfrutar del beneficio de su esfuerzo. Para la RAE, esclavo es aquella persona que carece de libertad por estar bajo el dominio de otra. Cuando alguien esta endeudado, cualquier cantidad de dinero extra después de pagar los gastos básicos, es dedicada a pagar por esa deuda. Como un esclavo, no puede ahorrar para el futuro y condena a trabajar para beneficio del acreedor.
La mayoría de las personas se endeudan con una cierta facilidad, sin valorar la situación de debilidad en que se colocan al comprar una casa o un coche a crédito. Es más, el nivel de deuda se ajusta al ingreso, dejando el nivel de renta liquida mensual de libre disposición en casi cero. Dicho de otra manera, el día dos de cada mes ya solo queda en la cuenta dinero para comer y pagar el transporte al trabajo, sin posibilidad de afrontar gastos extraordinarios o incluso algún capricho. En esta situación el deudor trabaja para su acreedor o banco, haciéndolos más y más ricos.
¿Y cómo sabemos si somos esclavos de nuestra deuda? Hazte esta pregunta, ¿sí no debieras lo que debes seguirías trabajando tanto como ahora o en el mismo puesto de trabajo? Si la respuesta es no, puede considerarse una forma de esclavitud. Es curioso como nuestros abuelos primero ahorraban y cuando conseguían juntar el dinero, entonces compraban las cosas, ¿por qué cambiamos eso?
Llamar al endeudado esclavo es evidentemente exagerado y aunque provocador, minimiza la gravedad de esa condición. La esclavitud relega a la persona a ser propiedad de otra. Estar endeudado y trabajar para pagar esas deudas no es ni de lejos comparable, nosotros podemos intentar trabajar un poco más o mejorar nuestra educación para conseguir mejores trabajos e incrementar los ingresos, pero sin incrementar los gastos, sacrificando temporalmente gastos innecesarios o superfluos, y con el tiempo reducir el endeudamiento para ganar libertad.
No estoy descubriendo nada, “El rico se enseñorea de los pobres, Y el que toma prestado es siervo del que presta” (Proverbios 22:7)