Desde hace algunos años, el Black Friday es una promoción comercial esperada por los consumidores españoles. Los datos más recientes no dejan lugar a dudas. Según la plataforma Black Friday Global, el 96% de los consumidores españoles tienen conocimiento de este fenómeno global y más de la mitad participa activamente en este periodo de descuentos y rebajas pre-navideño. Para la mayoría de las empresas el Black Friday se ha convertido en una de las campañas comerciales y de comunicación más importantes del año, estimando en algunos casos que el 20% de la facturación la realizan durante esa semana.
Pero, ¿el Black Friday es realmente un chollo? La respuesta no es única y como casi siempre, depende… Depende del comerciante y de su filosofía (y ética) de ventas y también de las expectativas de los compradores. Desde el punto de vista del consumidor, es una oportunidad para ahorrar dinero de cara a las futuras compras navideñas.
De ahí que cada año las categorías productos más vendidos sean la moda y la electrónica. Sin embargo, en ocasiones el ahorro esperado no se corresponde con el descuento real generando cierta frustración en el comprador. Si analizamos los datos que aporta Black Friday Global, en España la expectativa de descuento se sitúa en el 56% mientras que la media real es del 47%, casi 10 puntos por debajo.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ya ha alertado en varias ocasiones que algunos comercios aprovechan para subir precios uno o dos meses antes, en periodos de poca venta, para poder ofrecer descuentos interesantes durante el Black Friday. En este caso, más que de oportunidad hablaríamos de una práctica fraudulenta.
Pero también hay otras empresas que utilizan esta campaña promocional para premiar la lealtad de sus clientes, los cuales las valorarán especialmente. En estos casos, la tienda tiene una excelente oportunidad no solo de incrementar sus ventas sino también de fidelizar a sus clientes, aunque debe tener en cuenta la bajada de margen que esta práctica le supone, además del peligro de acostumbrar a una parte de sus compradores a esperar momentos de rebaja u ofertas para adquirir los productos o servicios que, en otras condiciones, hubieran comprado a un precio superior.
En cualquier caso, la recomendación que hago al comprador es muy simple: Evite hacer compras impulsivas, realice una wishing list con aquello que necesita, localice el producto y compare su precio. De esta manera podrá tener la certeza que aprovecha una verdadera oportunidad.
Recordemos que la promoción del Black Friday nació en Estados Unidos como medio para liquidar stocks y vaciar almacenes antes de llenarlos con productos navideños, pero muchas empresas lo han convertido en una preventa navideña que puede generar una pérdida generalizada de margen en el sector. Por otro lado, las empresas de ecommerce, especialmente las de pequeño tamaño, se enfrentan, durante este periodo, a retos logísticos derivados de la concentración de ventas en uno o muy pocos días, que pueden generarles problemas de servicio y como consecuencia de imagen.
Lo que empezó como una moda importada de Estados Unidos se ha convertido en una auténtica fiebre consumista sólo comparable a los periodos tradicionales de rebajas. Con toda su repercusión mediática, el Black Friday se ha llegado a convertir para los retailers en una especie de obligación, tanto para grandes centros comerciales como para pequeñas tiendas locales, indiferentemente de si el negocio es físico u online. No participar supone estar durante estos días fuera del mercado. No obstante, aunque las grandes plataformas de venta online y los grandes centros comerciales juegan con ventaja, el Black Friday no deja de ser una gran oportunidad comercial si se manejan bien todas las variables.
El colonialismo cultural y comercial estadounidense es un hecho en nuestro país, ya hemos importado el fast food, el Black Friday, Halloween y quién sabe si el año próximo celebraremos el Día de Acción de Gracias con un pavo relleno.
Si ya estamos acostumbrados a ello, atención, llegan otras “tradiciones” desde el otro lado del mundo, en concreto desde China. No sólo celebraremos en breve el año nuevo chino sino también su versión del Black Friday, el Single Day (11 del 11), que ya se extiende por Europa. Sus cifras son espectaculares, el pasado 11 de noviembre Alibaba facturó casi 35.000 millones de dólares (tres veces lo que se consigue con el Black Friday), en el que 200.000 empresas ofrecen millones de productos a 500 millones de clientes, según datos de ‘El País’. Considerando que AliExpress, la marca internacional de Alibaba, ha instalado recientemente su primera gran tienda física en Madrid, no debería extrañarnos que en breve, la gran campaña comercial de invierno empezará el 11/11.
Post escrito por Ph.D. David Roman, codirector del MBA Online y profesor del EADAX Online Marketing Digital y e-Commerce y del Master Ejecutivo en Dirección de Marketing y Comercial de EADA.
© 2024 EADA Business School.