¿Qué nos aportan las neurociencias, la alimentación o la práctica del yoga para cultivar nuestro ingenio creativo? La respuesta la encontraremos en Free Brain (Ed. Amat) el libro donde los profesores de EADA Franc Ponti y Moira Bortagaray junto con Aldana Abele nos dan varias claves para liberar nuestro potencial creativo. También ponen al descubierto los secretos para una alimentación que cuide nuestro cerebro y analizan el impacto que tiene el yoga, el mindfulness o la meditación en la creatividad. Hablamos acerca de todo ello con uno de los autores, Franc Ponti, experto en design thinking.
¿Cómo surgió la idea de escribir este libro?
Pues de las ganas de combinar elementos distintos (alimentación, yoga, meditación, neurociencias) con una base común: su relación con la creatividad. No hay muchos libros sobre esta temática que incluyan capítulos sobre alimentación o meditación. Liberar la mente quiere decir lograr que la creatividad fluya en nuestro cerebro sin barreras, impedimentos, miedos, presuposiciones, mecanismos estáticos. Implica reestructurar nuestra manera de pensar y de sentir para abarcar más espacio creativo y generar más oportunidades para la innovación.
¿Cómo es nuestro cerebro? ¿Es tan complejo como creemos?
A lo largo de nuestra vida únicamente empezamos a saber cómo funciona. Realmente es muy complejo. Sin embargo, en relación con la creatividad, sí podemos saber que hay dos maneras distintas de funcionamiento cerebral. Los deliberados actúan con lógica, método, secuencialidad y ensayo-error. Por otra parte, los espontáneos son más intuitivos, holísticos, “despistados”, soñadores… Esas diferencias se corresponden con dos redes cerebrales distintas y complementarias: la red de control ejecutivo en el caso de los deliberados y la red por defecto en el de los espontáneos. Todos podemos trabajar para mejorar ambas redes y, por ende, ambos estilos creativos.
¿Cómo el cerebro puede encajar los cambios y proceder a procesarlos e integrarlos?
El cerebro no gusta de cambios. Es un órgano conservador que busca tranquilidad y equilibrio. Pero cuando se ve sometido a cambios, reacciona rápidamente. Es la famosa neuroplasticidad: el cerebro genera nuevas neuronas (neurogénesis) y nuevas coaliciones de neuronas para consolidar nuevos aprendizajes. Es falso que no podamos cambiar, pero para hacerlo necesitamos voluntad y saber cómo lograrlo.
Explícanos con algún ejemplo el concepto de cerebro creativo.
Un cerebro creativo es capaz de ser curioso, hacerse preguntas, querer cambiar las cosas y encontrar la manera de hacerlo. Sabe que el error es fundamental y no cesa hasta encontrar la solución más correcta a un problema. No hay cerebro creativo sin una actitud abierta, generosa y experimentadora. Las experiencias de los primeros años de nuestra vida son esenciales porque configuran una determinada manera de ver y de hacer. Es como si implantáramos un software más o menos creativo en nuestra mente que determinara nuestra ulterior capacidad creativa. Se sabe, por ejemplo, que los niños que crecen en un ambiente donde pueden jugar con libertad, experimentar, atreverse y confeccionar sus propias reglas con mucho más creativos en edad adulta.
No hay cerebro creativo sin una actitud abierta, generosa y experimentadora
¿Qué pautas nos darías para exprimir nuestro potencial creativo?
La principal pauta es alimentarnos sin dañar el cuerpo y la mente. Me refiero a alimentos poco procesados, sin azúcar, con poca proteína animal y, también, a una dieta basada en fruta y verdura en abundancia. Antes de dedicarnos a una tarea creativa es mejor comer poco: infusiones, ensaladas, fruta, unas rodajas de naranja con canela… A esto añadiría la práctica del yoga y la meditación, imprescindible para centrar nuestra atención en lo que nos interesa y, al mismo tiempo, ejercitar nuestro poder de imaginación y visualización. No nos olvidemos tampoco de dar paseos por el bosque para “hablarnos a nosotros mismos”. Es una excelente manera de dar rienda suelta a nuestro potencial creativo. También aconsejaría mezclar, combinar, probar, experimentar, atreverse, imaginar… Y trabajar con personas muy distintas a nosotros, escucharnos mutuamente, aprender, dialogar, crear…
¿Por qué unas personas son más creativas que otras?
Por una combinación de aprendizaje, estímulos, genética, talento, motivación, práctica intensiva, entorno y muchas cosas más. Hay muchas teorías. La gran mayoría de expertos en creatividad concede relativamente poca importancia a la genética y, en cambio, insiste en la relevancia de los factores ambientales. Al final del camino, o al principio, según se vea, la creatividad se construye, se diseña, se vive, se sueña.
¿Por qué los futuros mánagers tienen que potenciar su creatividad? ¿Por qué es tan importante para liderar empresas?
Las empresas no son sus dirigentes. Las empresas son sus integrantes. Por tanto, cuanta más creatividad bien gestionada exista en una empresa, mucho mejor. Hay que dar alas a la gente para que salga de su zona de comodidad y se atreva a hacer cosas diferentes y que aporten valor.
¿Cuál es el principal consejo que das en tus clases en EADA?
Abrir bien los ojos, hacerse preguntas, atreverse a explorar, no temer al error, trabajar en equipo y divertirse mucho.
Ya puedes leer el capítulo introductorio del libro Free Brain