El experto en Design Thinking, innovación y neurocreatividad, el Dr. Franc Ponti, será uno de los profesores de EADA que participará en el Virtual Bootcamp Habilidades clave del líder en tiempos de crisis que empezará el 6 de julio. A lo largo de tres semanas, los participantes afrontarán 6 desafíos y desarrollarán las competencias de liderazgo crítico que exige el nuevo contexto post-Covid.
Explícanos, Franc, ¿cuál será el foco de las sesiones que impartirás en este Virtual Bootcamp?
Basándome en el trabajo de expertos como Laloux, Hamel o Slade, explicaré de qué manera se está forjando un nuevo tipo de organización, cuyas características distintivas son la autogestión (práctica desaparición de estructuras jerárquicas), el propósito evolutivo (razón de ser y relación con el entorno) y la integridad (nuevas relaciones entre los integrantes, basadas en la autenticidad). Estamos entrando en una nueva era, llamada teal (azulada), en la que estamos dejando atrás aspectos del management que parecían imprescindibles (jefes, organigramas, planificación estratégica, etc.).
¿Hablarías, por tanto, de un nuevo estilo de liderazgo?
Creo que el líder ya no es quien dice lo que hay que hacer para que los demás le sigan. El líder actual se caracteriza por saber escuchar a todo el mundo y actuar en consecuencia. Se trata de “sentir y responder” más que de imponer o planificar de forma rígida. Las organizaciones que no se integran de forma natural en su ecosistema no tienen futuro. El líder coordina, anima, ayuda, canaliza energías… En las empresas teal no hay mucha diferencia entre el líder y los colaboradores. Todo el mundo puede liderar cualquier proyecto en cualquier momento. Son empresas “círculo” en vez de empresas “pirámide”. Ahí radica la diferencia principal.
Haciendo alusión al título, ¿qué habilidades críticas desarrollarán los profesionales que realicen el Bootcamp?
Este programa permitirá a los participantes reflexionar sobre el liderazgo a través de cuatro niveles distintos: el organizativo, el de equipos, el de personas y el autoliderazgo. Desde un enfoque muy práctico, explicaremos las claves de cada nivel. Lo que pretendemos es que los participantes puedan integrar los cuatro niveles y sentirse capacitados para afrontar los retos más ambiciosos en las empresas del siglo XXI. Yo diría que el Bootcamp es una ventana hacia el futuro.
¿A qué perfiles crees que puede interesar el programa?
A cualquier profesional y directivo/a que, con independencia de su experiencia como líder, esté interesado/a en conocer y desarrollar las competencias críticas de liderazgo en situaciones de crisis como la actual. A perfiles que han entendido que los modelos ancestrales de dirigir personas están ya agotados y que tengan ganas de renovarse de forma completa, sin miedo miedo a experimentar y probar cosas diferentes. En definitiva, a cualquier profesional que quiera explorar su liderazgo y proyectarlo hacia unos horizontes innovadores.
Se habla mucho del concepto ‘new normal’. ¿Qué es lo que ha cambiado, lo que ha desaparecido para siempre, y lo que ha venido para quedarse?
La nueva normalidad no es nada concreto. Lo importante es que la estamos construyendo entre todos. En estos meses hemos tomado consciencia de lo importante que es invertir en sanidad y cuidar de nuestra salud. También hemos aprendido que la solidaridad y la colaboración son mucho más eficaces que la competición ciega. Y que no hace falta viajar de Shanghai a Barcelona para una reunión, que podemos hacerla de forma virtual y no castigar más al planeta con vuelos innecesarios y desplazamientos evitables. Sin duda, en el futuro tendremos que combinar presencialidad y virtualidad.
En tus sesiones hablarás también de high-performance. ¿Por qué este término cobra hoy en día más importancia?
El alto rendimiento se da cuando la gente vive la empresa como un proyecto excitante y colectivo. Es entonces cuando damos lo mejor de nosotros mismos. Es por esta razón que las empresas necesitan tener alma, propósito, que no hay que confundir con misión. El propósito evolutivo no lo decidimos tanto nosotros sino nuestros clientes y nuestro entorno. Por ejemplo, no van a ser los directivos los que decidan cómo van a ser las escuelas de negocios en el futuro. Será la gente, los clientes. Si no sabemos escucharles no progresaremos hacia un propósito que tenga realmente sentido.
¿Cómo vislumbras el futuro de las empresas a corto- medio plazo? ¿Qué tipo de empresas serán las que marquen la diferencia?
Creo que las empresas que sobrevivirán a esta crisis serán las que entiendan que hay que innovar de forma constante e inteligente. Para ello, es imprescindible contar con todo el mundo. Innovar, hoy en día, es experimentar. Hacerse preguntas y buscar las respuestas de forma rápida y precisa. Pero para hacer todo eso ya no valen las estructuras organizativas de siempre. Hay que renovarlas y airearlas. Las empresas más innovadoras del mundo apenas tienen jerarquía. Trabajan a través de equipos autoorganizados que toman sus propias decisiones. ¿Nos atrevemos?