Sin innovación no hay progreso. Así lo afirman José Manuel Barrios, Jefe de Innovación de Applus+ IDIADA, y Joaquín Olcina, Coordinador de Desarrollo del Negocio de la misma empresa. Estos días están en EADA con motivo de la segunda edición del programa New Business Development, diseñado por EADA Corporate y dirigido a 26 de sus profesionales, la mayoría ingenieros, para desarrollar nuevos proyectos innovadores.
Es una formación de 78 horas que imparten los profesores Manel Guerris, coordinador del programa, Joan-Albert Garcia Moga, Juanjo Tordera, Jaume Bonet y Victor Moliner. La dirección de Applus+ IDIADA, ingeniería del sector de la automoción que ofrece servicios de ingeniería, homologación y ensayo para todas las empresas del sector a nivel internacional, vuelve a apostar por esta formación en EADA por dos motivos: porque creen en las personas, su principal activo, y también en la innovación, uno de sus principales valores diferenciales.
IDIADA ya cuenta con un departamento de Innovación. ¿Por qué es tan importante la inversión empresarial en innovación?
José Manuel Barrios (J. M. B.): La innovación está en el ADN de IDIADA. Para nosotros la innovación está muy vinculada a la proximidad al cliente. Es decir, observamos continuamente qué hacen nuestros clientes y cuáles son sus necesidades para innovar constantemente en productos y servicios. Pero, además, nosotros solemos hablar de “innovación distribuida”. Nuestro departamento de Innovación es una especie de catalizador de todas las ideas que surgen en todas las áreas de conocimiento de Applus+ IDIADA para llegar a implementarse en el mercado y mejorar el servicio ofrecido a los clientes.
¿Si no hay innovación no hay progreso?
J. M. B.: Exacto. Para nosotros, la innovación es un tema de supervivencia a medio y largo plazo y una posibilidad de creación de valor continua a corto plazo. IDIADA es una ingeniería del sector de la automoción y decimos que nuestros clientes son los fabricantes de vehículos. Pero no son ellos, sino sus centros técnicos. Por lo tanto, el principal competidor de IDIADA es su propio cliente. Si nosotros no ofrecemos un servicio de un valor superior al que tienen nuestros clientes no nos contratarán.
Cada mes, los directivos escuchan las propuestas innovadoras de los empleados. ¿Cómo funciona este proceso?
J. M. B.: Existen personas que pertenecen a departamentos productivos o procesos indirectos que siguen el día a día de sus productos y procesos y piensan cómo actualizarlos. Vimos que era necesario compartir su visión con la alta dirección. Por ello, creamos un Comité de Innovación, que organiza una reunión mensual con los directores de las áreas de Finanzas, Marketing e Innovación. Este órgano estudia la evolución de los mecanismos de innovación y decide qué implementar, mejorar o reenfocar. En estas reuniones el comité valora la viabilidad e impacto de las propuestas de los empleados. Si consideramos que la idea llega en el tiempo adecuado y se puede implementar, el autor se hace visible y presenta su proyecto delante de Dirección General, que valora si la viabilidad de la idea.
Es una buena opción para motivar a los empleados.
J. M. B.: La innovación es engagement. Es una herramienta de valor a disposición del empleado. Es un proceso que no muchas empresas tienen. En el momento en el que brindas a todos los trabajadores la posibilidad de introducir una idea de producto o servicio les estás diciendo que los quieres escuchar. En el momento en el que creas el comité les estás diciendo que los escuchas y que sus aportaciones tienen una importancia vital. Por lo tanto, el principal motivo de innovación son las personas, que a su vez son el principal activo de la empresa.
Por ello, formar a los empleados es imprescindible.
J. M. B.: En 2017 decidimos lanzar la primera edición del New Service Development Programme con dos vertientes: una de capacitación y otra de exploración de nuevos servicios y modelos de negocio.
Joaquín Olcina (J.O.): El proceso de capacitación sería como una síntesis de un MBA. La gran mayoría en la empresa somos ingenieros y sabemos resolver casi cualquier problema técnico, pero cuando tenemos que abordar la exploración de nuevos negocios también hay técnicas y metodologías que necesitamos conocer. También está el proceso de exploración. No teníamos este mecanismo y veíamos necesario disponer de un marco de trabajo con el que poder explorar nuevos horizontes de innovación. En este proceso se definen unos retos y para explorarlos creamos equipos pluridisciplinares de personas que se hayan formado previamente en el programa de capacitación.
¿Qué impacto directo pretenden que el programa en EADA tenga en la empresa?
J.O.: El programa pretende tener un impacto claro en cuanto a capacitación y engagement de los trabajadores, pero además, con el programa también queremos aprovechar para romper silos. En empresas consolidadas como la nuestra a veces se tiende a trabajar de manera independiente. Nosotros creemos que este tipo de iniciativas contribuyen a trabajar de manera más permeable y colaborativa. También creemos que, en coherencia con la innovación distribuida, todas las personas con potencial y capacidad técnica y de gestión tienen que poder contribuir al desarrollo de nuevo negocio para la empresa.
¿Hasta qué punto es importante para IDIADA disponer de formaciones personalizadas?
J. M. B.: Como hemos comentado anteriormente, el principal activo de IDIADA son las personas. Y estas personas tienen que estar capacitadas para afrontar cualquier reto. Lo que no podemos esperar es que la formación reglada, a nivel de FP o universidades, satisfaga nuestras necesidades. La formación a medida es importante para conocer herramientas, implementar procesos y normativa. Ante los retos del sector automovilístico, tenemos que formarnos customizadamente para afrontar la recreación de la empresa y la formulación de nuevos servicios y productos. Es por eso que contamos con EADA, para que nos ayude en esta capacitación particular.
¿Por qué EADA?
J. M. B.: EADA es una escuela de negocios de referencia a nivel internacional que, además, nos aporta dos valores importantes. Uno es que los profesores son de gran valía, ya que han trabajado para la industria y tienen una visión innovadora internacional. En segundo lugar, destacaría la personalización del programa. No buscábamos un programa estándar, porque nuestras necesidades requerían un conocimiento global, pero una definición muy particular. EADA nos lo ofreció y creemos que es un inicio para progresar en este y futuros programas.
En un plano general, ¿hacia dónde se dirige la industria automovilística?
J. M. B.: El sector está en plena transformación disruptiva, donde se pasa de un sector centrado en un producto -el vehículo- a un sector que tiende a ofrecer un servicio a través de este producto. Todos los fabricantes del mundo ven que una deriva del producto es operar el vehículo en formato servicio. En el momento en que el producto se utiliza cada vez más en forma de servicio y cada vez menos en forma de propiedad del producto, se redefinen cuáles son sus prestaciones. Lo hemos visto en el sector de los móviles, donde antes lo importante era el dispositivo y ahora se demanda que este dispositivo permita una serie de servicios.
¿Y esta transformación como se afronta?
J. M. B.: Tiene tres variables. Una es la eficiencia energética y reducción del impacto medioambiental, porque hoy en día hay un problema muy importante de emisiones y partículas contaminantes. El segundo punto se enfoca en la seguridad y en el proceso de la automatización de la conducción. Desde el sector se ve que únicamente se podrá conseguir la reducción de accidentes mediante la automatización, que irá desde ayudas a la conducción, pasando por una automatización parcial, hasta que se llegue al vehículo autónomo. Y el tercer pilar es la movilidad compartida. No hace demasiado, una de las inversiones económicas más importantes de una persona era la compra de un vehículo. Ahora nos movemos más del producto hacia el servicio.