Estrella Fernández: “El éxito reside no sólo en rendir bien sino en sentirse y relacionarse bien”
El mundo de hoy está marcado por la tecnología, la rapidez y el cambio. Todo parece estar al alcance de la mano, lo que nos brinda un sinfín de posibilidades pero al mismo tiempo resulta abrumador. Cada vez es más difícil centrarnos en lo que realmente importa, o discernir y recordar aquello especialmente relevante. Del mismo modo, disminuye la capacidad de atención de las personas y aumentan los problemas derivados de las distracciones continuas y de la constante necesidad de adaptación a lo nuevo. Aumenta progresivamente el número de personas que experimentan problemas de atención y estrés crónico, lo que puede derivar fácilmente en ansiedad y/o depresión.
Paradójicamente, la competitividad, el progreso y el éxito en las empresas –con tiempos más rápidos y dinámicas más complejas, con mayor conexión e información– descansan, más que nunca, en la habilidad de sostener la atención, mantener la calma, innovar, colaborar y perseverar con motivación y energía ante la incertidumbre y el caos. En definitiva, el éxito reside no solo en rendir bien, sino en sentirse bien y relacionarse bien.
Para conseguirlo es necesario potenciar nuestras habilidades cognitivas, emocionales y relacionales. Este debería constituir el fin último de la formación de los líderes, en presente y en futuro. Un primer paso sería saber qué factores influyen en estas habilidades o, dicho de otro modo, entender cómo hace lo que hace nuestra mente.
El éxito reside no solo en rendir bien, sino en sentirse bien y relacionarse bien
Las últimas investigaciones de la mente y del cerebro han aportado nuevos datos al respecto. Por ejemplo, tenemos un mayor conocimiento sobre cómo nuestro cerebro cambia, evoluciona y se adapta a lo largo de la vida. Ahora ya sabemos que todo lo que hacemos, pensamos y sentimos cambia la actividad y estructura de nuestro cerebro, pudiendo reforzarse o debilitarse como si de un músculo se tratara. Esta neuroplasticidad nos da la oportunidad, además de la responsabilidad, de intervenir en su desarrollo y, por tanto, en nuestra vida.
En segundo lugar, la confluencia y la integración de los conocimientos de las neurociencias con campos muy distintos como la filosofía, la psicología o las ciencias contemplativas han revelado el papel clave de la atención en el resto de funciones cognitivas (la memoria, la planificación, la toma de decisiones, etc.) y de la regulación emocional. Su entrenamiento, de forma intencional y con actitud amable, cambia nuestra experiencia del mundo y nos permite dirigir la neuroplasticidad a nuestro favor.
El propósito del curso Éxito sostenible, uno de los programas de corta duración del EADA Trend Lab, es trasladar los conocimientos de la ciencia para mejorar el funcionamiento personal y profesional, entrenando estas tres áreas de habilidades emocionales, cognitivas y sociales necesarias para alcanzar un éxito satisfactorio, propio, sostenible y sostenido en el tiempo. Este programa integra los avances de la neurociencia cognitiva, afectiva y social y la práctica secular de mindfulness así como otras técnicas contemplativas. El mindfulness es la capacidad de enfocar intencionadamente la atención en el momento presente, entrenando la concentración, la perseverancia y claridad de objetivos. La neurociencia aporta conocimiento y comprensión de los procesos y los principios terapéuticos que son la base del bienestar psicológico y el rendimiento cognitivo.
Post escrito por Estrella Fernández, neuropsicóloga, mindfulness trainer y profesora asociada del Departamento de Marketing, Operaciones y Supply de EADA.