Creatividad en la empresa: Claves para fomentar el error

Leonard Glab: “No siempre hay que solucionar problemas para crear algo nuevo”

El profesor de EADA Leonard Glab explica que el término creatividad no debe asociarse únicamente a solucionar problemas o necesidades concretas.

Cuando hablamos de la creatividad, o de ser creativos, nos viene en mente la creatividad técnica, que nos facilita solucionar problemas. Como el famoso Design Thinking que se presenta como una metodología para desarrollar la innovación, ofreciendo una lente a través de la cual se pueden observar los retos, detectar necesidades y, finalmente, solucionarlas.

En la práctica del Marketing, la creatividad es un ejercicio permanente. En esta área el término creatividad ha sido frecuentemente asociado a la técnica de crear marcas, adquiriendo así una connotación más amplia orientada hacia la búsqueda de soluciones a problemas o necesidades del mercado. Parece que nos hemos acostumbrado a definir la creatividad sólo de esta forma. Creo que no siempre deberíamos aplicarla y usarla de esta manera, sobretodo cuando estamos pensando en personas. No siempre hay que solucionar problemas para crear algo nuevo.

En Marketing la creatividad se ha asociado a la técnica de crear marcas

Por ejemplo: ¿Qué problemas ha resuelto Mozart con su música? ¿Qué problemas han solucionado Monet o Picasso con sus obras? Creatividad significa también asumir riesgos, dejar que pasen cosas, y, también, empezar un proyecto sin saber cuál será el resultado final. Como sabemos, los mejores inventos y las mejores ideas nacen de la casualidad, cuando no hemos pensado previamente en cómo llegar a ello.

Creatividad vs. eficiencia

El mercado actual se ha convertido en un entorno de cambio constante, en el que se demanda a los profesionales de Marketing nuevos enfoques creativos para dar respuestas rápidas y satisfacer necesidades. Vivimos en un mundo donde tener un plan es lo más importante para rendir al máximo y no perder en eficiencia y productividad. En consecuencia, con el tiempo, las organizaciones se han ido transformando para que realmente nada sorprendente pueda pasar.

Según Glab, las empresas fomentan poco la creatividad entre los empleados porque no les dan margen para el error ni para asumir riesgos.

Pero esto tiene un coste: el coste de la creatividad real y de la innovación, dos aspectos que nos pueden aportar cosas imprevisibles. ¡Si, imprevisibles! Nos gusta hablar de estrategias y acciones disruptive para impulsar el cambio y ser diferentes pero, en realidad, no dejamos margen a la creatividad para que realmente pase algo imprevisible e innovador.

En muchas organizaciones ya no existe un espacio para este elemento tan importante que fomenta la innovación y el progreso de una empresa. Pese a que todas las personas tienen un potencial creativo, lo cierto es que muchas de ellas no lo desarrollan. Existen multitud de barreras al cambio que obstaculizan la creatividad. Por ello, no es sorprendente que lo más innovador que ha influido significativamente en nuestras vidas en los últimos 60-70 años sea el smartphone, que visto con una mirada objetiva, es un re-invento del teléfono.

Algunas organziaciones siguen sin fomentar el potencial creativo de las personas

Con el tiempo se han ido perdiendo valores importantes vinculados a la creatividad como la comprobación, el tiempo para profundizar en determinados conceptos o la insistencia en una visión para que nazca la primera bombilla, aunque sea después de 1000 intentos.

Parece que hoy en día nos obligamos a nosotros mismos a funcionar como máquinas que no pueden fallar. La cultura de una empresa debe fomentar “el fallo”porque es una oportunidad para ser creativos y hacer que ocurra algo realmente excepcional. Por lo tanto debe existir un margen para el error y, de esta forma, fomentar la mejora continua del proyecto.

Es primordial que no se concentre la capacidad creativa en un grupo reducido, como ocurre en muchas empresas, sino que esta habilidad se extienda en toda la organización promoviendo un entorno y una cultura donde cada persona se sienta responsable y tenga libertad para desarrollar ideas. Es necesario que el liderazgo de cualquier organización facilite una plataforma de confianza que se extienda hasta el último nivel de una organización para motivar a las personas a tomar riesgos y ser creativos.

El filósofo Odo Marquardt decía “Las historias nacen cuando pasa algo imprevisible”. Si somos capaces de tener fe en nosotros y evitamos tomar decisiones a corto plazo motivadas por nuestro interés volveremos a tener la oportunidad de hacer algo realmente excepcional para la historia.

Post escrito por Leonard Glab es consultor y profesor de Marketing en EADA.