Dr. Boyd Cohen: “¿Silicon Valley? No, ¡Barcelona!”
¿De verdad quieren ustedes ir a Silicon Valley? No se equivoquen, esto es mucho mejor…” Cuando dice “esto”, el Dr. Boyd Cohen, que está sentado frente a un zumo de zanahoria en un bar próximo a la plaza Macià, está hablando de Barcelona”. Esta ciudad está llena de espacios adecuados para la innovación. En Barcelona hay muchos centros de cotrabajo, hay fablabs en los que poner en práctica tus ideas, ha sido pionera en aspectos como el emprendimiento cívico”.
Como el interlocutor le observa escéptico, Cohen insiste. Cuenta el caso de Urbiótica, la empresa barcelonesa especializada en el internet de las cosas y en tecnologías urbanas, que quiso instalarse en Silicon Valley. “¿Sabe qué les respondieron? ¿Tú vienes de Barcelona? Pero, ¿qué haces aquí? ¡Todos queremos estar en Barcelona!”.
Cohen acaba de publicar The emergence of the urban entrepreneur, un ensayo que se ha colocado entre los más vendidos en las últimas semanas en los títulos sobre emprendedores en Amazon. En el libro, este hombre nacido en Illinois y experto en estrategias urbanas, describe el potencial de las ciudades como espacio de concentración de talento y de cooperación. “Es más fácil que los proyectos innovadores accedan al capital y a la tecnología. Son espacios en los que la cooperación y la economía colaborativa se dan de una forma natural”.
La urbanización, dice Cohen, ha cambiado el mundo para lo bueno y para lo malo. Para verlo de cerca, Cohen ha recorrido unas cuantas ciudades, siempre por razones vinculadas a su trabajo, la investigación y la docencia (ha trabajado también tres años para Accenture). Ha estado en Copenhagen, Denver, Madrid, Santiago de Chile, Vancouver (“una ciudad magnífica pero con unos alquileres muy elevados”), o en Buenos Aires, ” a smart city in a stupid country”. Hasta que quiso ir a Barcelona. Envió un correo electrónico a Xavier Ferrás, antes en ACCIÓ, hoy decano en la facultad de empresa de la Universitat de Vic en la que expresaba ese deseo. Ahora enseña en Vic y en la escuela de negocios EADA. Detrás, el apoyo económico de Ausa Futur, donde se agrupan empresarios de la comarca de Osona.
Su elección por las ciudades como escenario futuro de la economía lleva a Cohen a cuestionar el modelo de Silicon Valley y la cultura empresarial que ha difundido por todo el planeta. “Silicon Valley es todo lo contrario a un espacio pensado para colaborar. Es feo y nada atractivo. No tiene vida. Todo está a gran distancia. No hay espacios comunes”. Se trata, además, “de un capitalismo egoísta, un universo dominado por los venture capital, que exige rentabilizar las inversiones muy rápidamente. Es esa obsesión tan americana de comerse el mundo”.
Silicon Valley es todo lo contrario a un espacio pensado para colaborar: todo está a gran distancia, no hay espacios comunes
Para Cohen, el urbanismo norteamericano previo a la gran crisis del 2007, esas grandes extensiones urbanizadas y vertebradas por el automóvil conocidas como ‘suburbia’ son el pasado. “Las ciudades son más atractivas para que las personas vivan en ellas, para atraer talento. Y en ese camino hacia la innovación, las ciudades europeas llevan ventaja a las americanas. En Europa hay mucho más compromiso público, más espacio para el coworking y más fablabs. Existe un mayor sentido comunitario de las cosas. Estados Unidos lo quiere monetizar absolutamente todo”.
Cuando se le objeta que es ese modelo americano el que está colonizando el globo a través de las grandes plataformas electrónicas, sean Uber, Airbnb o Amazon y que esta tendencia parece irreversible, Cohen hace el gesto de desplegar un gran mapa sobre la mesa. “Eso no es exactamente así. Si usted mira bien las cosas, verá que hay un montón de sitios en los que a Uber le cuesta operar porque genera resistencias allí donde va”.
El libro de Cohen, que ha sido prologado por otro gran defensor de la diversidad urbana, Richard Florida, enumera cuáles son las cualidades que requiere una ciudad para hacerse notar en el nuevo escenario: buenas infraestructuras digitales (banda ancha), calidad de vida, vivienda accesible y buen transporte público, espacios para el cotrabajo y fablabs, universidades y centros de investigación.
Barcelona ofrece la oportunidad de montar un negocio sin necesidad de recurrir al capital riesgo, porque el acceso al talento es más económico que en otras partes
Y por supuesto, una dimensión mínima que Cohen sitúa en el medio millón de personas. Pero tampoco se muestra absoluto”. Mire Sant Cugat, por poner un ejemplo próximo. Está a sólo diez minutos en tren de Barcelona. Es una ciudad agradable, con buenos restaurantes, se puede ir a pie a trabajar, hay buenos colegios…”.
En cualquier caso, Cohen explica que ” Barcelona ofrece la oportunidad de montar un negocio sin necesidad de recurrir al capital riesgo, porque el acceso al talento es más económico que en otras partes”. Barcelona es para Cohen la smart city que ha elegido para vivir. Aunque cada vez que se desplaza a Vic para dar clases tiene que recurrir al servicio de Cercanías. Eso, de momento, parece no tener remedio.
Artículo publicado en el suplemento ‘Dinero’ de ‘La Vanguardia’ el 26 de junio de 2016.
Barcelona es única en el mundo, es la verdad. Es rica en todo, humana, tamaño perfecto, gente ideal, en resumen es el paraíso. Espero la innovación no se frene y crezca cada vez más.