Marketing móvil, un filón para las empresas
Aún con la resaca del Mobile World Congress, en la que el móvil ha sido el protagonista absoluto de la actualidad tecnológica, parece adecuado pensar en el uso cotidiano que las personas y las empresas estamos haciendo de este dispositivo. Forma parte de nuestras vidas y no queremos renunciar a él por todo lo que nos aporta.
Adictos al móvil
La penetración de teléfonos inteligentes en la población adulta en España está cerca del 90%, cifra que nos sitúa a la cabeza de Europa. Cada vez lo usamos más, una media de 3 horas y media al día, y lo hacemos de una forma racional e impulsiva a la vez. Los utilizamos sobre todo con finalidades sociales y lúdicas, además de para informarnos. Pero también hay algunas personas que han desarrollado una nueva enfermedad, la nomofobia, que consiste en sentir pánico ante la posibilidad de olvidarse o perder el móvil.
Cada vez utilizamos más los teléfonos inteligentes: una media de tres horas y media al día
También es cierto que cada vez sabemos mejor cómo utilizar el móvil. De la locura de descargarse aplicaciones a menudo, aunque sólo utilizáramos una de cada diez instaladas, hemos pasado a tener una media de 13 aplicaciones en nuestro escritorio. Eso sí, las empresas cada vez tienen más difícil formar parte del exclusivo y reducido espacio de nuestra pantalla. Como no podría ser de otra manera, la aplicación más instalada es WhatsApp en 3 de cada 4 teléfonos inteligentes, seguida a bastante distancia de Facebook, presente en la mitad de nuestros dispositivos. Sí, somos animales sociales y lo demostramos constantemente.
No entendemos pasar más de 10 minutos sin consultar nuestro smartphone y la cantidad de mensajes recibidos es el indicador básico de nuestra popularidad, especialmente entre los adolescentes. Los utilizamos en momentos de espera, con amigos cuando no recordamos el nombre de aquel actor de aquella película, como agenda, linterna, despertador… Incluso lo compartimos con el televisor para comentar programas con amigos a través de redes sociales. Es el ScotchBrite del siglo XXI. ¿Recuerdan el eslogan “yo no puedo estar sin él”?
Smartphones como canal publicitario
Pero, ¿cómo están utilizando las empresas este filón de oro? Todos estos datos harían pensar que los teléfonos inteligentes son un dispositivo de mucho interés para los departamentos de marketing como canal publicitario, pero esto no es así. A pesar de su importancia y penetración social, la inversión en publicidad móvil es un 0,3% del total de la publicidad que se realiza en España. Paradójicamente, las empresas están respetando este canal como soporte de sus comunicaciones comerciales. A pesar de que dos tercios de los consumidores miremos nuestro email en el smartphone a diario –abriendo el 70% de los correos electrónicos que recibimos en este soporte–, siguen habiendo empresas que no diseñan sus correos para ser vistos en este soporte y muchas otras que no tienen una web optimizada para dispositivos móviles.
Esta realidad contrasta con algunas predicciones que, a mi parecer, están muy lejos de la realidad, como algunas que afirman que en 2016 la inversión en este concepto superará la realizada en prensa escrita o que en el 2018 superará la que se haga en televisión. No se asusten, desde hace ya más de 20 años, con las primeras previsiones de publicidad en Internet, seguimos sin cumplir los augurios de estos especialistas, por lo que pueden estar tranquilos.
A pesar de la penetración social de los smartphones, la inversión en publicidad móvil sólo representa un 0,3% del total de la publicidad que se realiza en España
Si esto se dispara, los usuarios tenemos una herramienta única frente a otros soportes de publicidad, los Adblockers o bloqueadores de publicidad. Muy populares en países sajones, donde son utilizados por el 20% de la población, estos programas permiten eludir la publicidad en el móvil. Para aquellos que quieren recibir publicidad, el 69% de la población siempre que sea relevante para ellos, el móvil será un canal efectivo siempre que se respete a los usuarios, lección que parece que las empresas han aprendido después de la locura del spam o mensajes basura de la primera época de Internet.
Utilizamos y cada vez más nuestros teléfonos móviles para todo, para informarnos, para comparar precios, para comprar, para pagar… Nueve de cada diez usuarios de smartphones los hemos usado en el proceso de compra y la mitad hemos comprado a través de él, especialmente de forma impulsiva aprovechando las ofertas rompedoras de los dailydeals. Cuando Steve Jobs, el fundador de Apple, presentó el primer iPhone en enero de 2007 lo veía claro al comenzar su discurso: “Cada cierto periodo de tiempo llega un producto revolucionario que lo cambia todo”. ¡Cuánta razón tenías Steve!
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