Financiación para pymes: alternativas a la banca

Nuevas fuentes de financiación para empresas

Miquel Sacristán es director de la Red de Business Angels del Col·legi d’Economistes de Catalunya, Economistes BAN.

Pymes, micropymes, start-ups y cooperativas pueden acceder hoy en día a nuevas fuentes de financiación como complemento a la banca para impulsar sus proyectos empresariales. Se trata de otras alternativas que ofrecen tanto entidades públicas como privadas y que ponen fin a la dependencia bancaria que tenían estas empresas hasta ahora.

De todo ello habló en Be Finance Day Miquel Sacristán, director de la Red de Business Angels del Col·legi d’Economistes de Catalunya, Economistes BAN. En su opinión, la crisis ha propiciado nuevas opciones de financiación que pueden clasificarse en dos grandes grupos: la financiación privada en forma de capital o deuda –crowdfunding, crowdlending o invoice traiding– y la alternativa de los business angels.

Las nuevas alternativas de financiación solucionan la excesiva dependencia bancaria de las pimes –un 70%– y, en especial, de las micropimes –un 100%–

Según Sacristán, “sólo el 22% de las empresas españolas han optado por cualquiera de estas dos opciones, un porcentaje que está todavía por debajo del registrado en Alemania (45%), Francia (55%) o Estados Unidos (70%)”. Aun así, “estas alternativas solucionan la excesiva dependencia bancaria que tenían las pymes hasta ahora –un 70%– y, en especial, las micropymes –cuya dependencia es del 100%–”, apuntó. Además, añadió, “estas nuevas alternativas, así como la ampliación de financiación pública por parte de entidades como ICO, el Institut Català de Finances o los Fondos Europeos, permitirán que las empresas más pequeñas puedan capitalizarse de nuevo”.

Plataformas de capital y deuda

Según Sacristán, un 22% de las empresas españolas opta ya por la financiación privada en forma de capital o de deuda.

En relación a la financiación privada en forma de capital, Sacristán empezó hablando de la fórmula del crowdfunding, también conocido como micromecenazgo de capital, “que facilita que una empresa en la fase inicial se pueda financiar a través de la suscripción de ampliaciones de capital por parte de pequeños inversores”. Se trata de importes pequeños –la media es de 2.350 euros– y en muchos casos estos inversores se convierten en prescriptores de los proyectos. Algunas de las plataformas especializadas en crowdfunding son Verikami, Seed & Click o Ulule.

El ponente también explicó la nueva ley 5/2015 del crowdfunding que regulará este nuevo sector y que dará más confianza al inversor. En concreto, se refirió a dos tipos de inversores. Por un lado estarían los no acreditados, que no pueden invertir más de 3.000 euros por proyecto ni más de 10.000 euros por año en la suma de plataformas. Por el otro, los acreditados, que no tienen límites de inversión y cuentan con rentas superiores a los 50.000 euros y un patrimonio superior a los 100.000 euros.

En España hay 34 plataformas de crowdfunding y tan solo en el último año esta opción ha representado un aumento del 114%

En Europa, el país que encabeza la financiación privada en forma de capital es Reino Unido, donde hay 65 plataformas de crowdfunding. En España, donde hay 34 plataformas, esta opción ha representado en el último año un aumento del 114%. La previsión tanto a nivel de España como de Europa es que en 2020 el 10% de la financiación de pymes sea a través de esta fórmula.

En cuanto a la financiación privada en forma de deuda, Sacristán se refirió a la alternativa del crowdlending, también conocida como micromecenazgo de deuda, que corresponde a los préstamos que conceden diversas empresas o plataformas a pymes que no hayan tenido pérdidas económicas en los últimos tres años. Los inversores que prestan su capital lo hacen a cambio de un tipo de interés. Los préstamos suelen ser de poco importe y, en la mayoría de casos, por parte de pequeños inversores. En este caso, algunas de las plataformas más importantes son Arboribus, ECrowd o Loan Book Capital.

A esto cabría añadir la financiación de facturas y pagarés. Según afirmó Sacristán, “en este caso una empresa cede los derechos de cobro de una factura o un pagaré a una empresa especializada y hay una base de inversores detrás”. Aparte, añadió, “la empresa prestamista analiza la capacidad de pago del deudor de la factura o del pagaré y, también, la situación financiera de la empresa solicitante que cede el derecho de cobro”. Plataformas como Finanzarel, Cesce, Gedisco o NoviCap son unos buenos ejemplos.

Business angels

Como explicó el ponente, un business angel aporta dinero, experiencia, know-how, networking y carteras de contactos.

Sacristán dedicó buena parte de su conferencia a analizar una de las opciones de inversión privada a la que más recurren las empresas: la de los business angels. “Se trata de inversores que suelen llevar entre 10 y 15 proyectos a la vez y no tienen prisa, no tienen ningún problema en recuperar su capital en cinco años”. Otras características que definen a estos inversores son, según el ponente, su amplio conocimiento del mundo empresarial, su interés por seguir vinculados al mundo de los negocios y de las empresas –muchas veces son despachos profesionales que les quedan 5-10 años y que deciden asumir 2 proyectos cada año– y su voluntad de ayudar a los emprendedores”. En definitiva, continuó Sacristán, “el business angel aporta dinero, experiencia, know-how, networking y, sobre todo, carteras de contacto”.

Según explicó, hay dos perfiles de business angels. Por una parte, los BAN, que son “más amigables, vienen del emprendimiento y de la empresa, pues la mayoría son ex ejecutivos, y se suelen posicionar en las etapas iniciales y en las de crecimiento –cuando el proyecto ya está en expansión salen los BAN y entra el capital riesgo–”. Por otra, los inversores: “Son sólo inversores y se caracterizan por ser más fríos y calculadores”.

Los business angels buscan proyectos escalables y ambiciosos, invierten en varios proyectos a la vez y hacen una valoración de la compañía en los próximos 4 o 5 años

Tanto en un caso como en el otro, el business angel se mueve en cifras que van desde los 50.000 euros hasta los 500.000 euros, aunque con coinversión estas cantidades pueden aumentar. Aparte, suele buscar proyectos escalables, ambiciosos y con buen retorno, invierte en varios proyectos para invertir menos dinero y analiza con detalle la entrada –por ejemplo, evalúa la oportunidad de negocio, la capacidad de ejecución del proyecto, si tendrá que volver a poner o no dinero y qué porcentaje tendrá o cómo estará la compañía en los próximos 3 o 4 años, cuál será su valor final–. Eso sí, “hay que ir a un business angel con datos, no podemos esperar tres meses a tener métricas, pues sin datos este inversor va a rechazar el proyecto”, concluyó Sacristán.

En el siguiente video puedes ver algunos de los mejores momentos de la ponencia de Miquel Sacristán en Be Finance Day 2015: