Nuevas necesidades formativas de las organizaciones ante el desafío digital
En un mundo inmerso en una auténtica revolución digital resulta incuestionable pensar que el sector de la formación corporativa sufrirá, como tantos otros, grandes cambios. Las necesidades de formación de los profesionales de las empresas crecerán de forma exponencial en los próximos años, ya que es y seguirá siendo la única manera de garantizar la competitividad de la empresa. Algo muy distinto será ver cómo afrontaremos el reto de responder a esas necesidades.
En un futuro, de hecho ya presente, los programas formativos para empresas exigirán un mayor acercamiento a la realidad de las necesidades de las organizaciones. Ya no sólo se tratará de transmitir conocimientos, sino que deberán ser auténticos programas de apoyo a la estrategia del negocio, mucho más intensivos en tiempo, sumamente ceñidos a su realidad y, por tanto, aplicables al día siguiente de su finalización.
Las business schools evolucionarán, si no lo han hecho ya, de ser proveedores de cursos para las empresas a partners que entienden su estrategia, se adecuan a ellas y ayudan a resolver los problemas que afrontan sus directivos.
La demanda de futuro se moverá en la intersección de dos planos: necesidad clara de adquirir conocimientos –finanzas, marketing, tecnología…– junto a un interés creciente por el desarrollo de habilidades directivas – liderazgo, comunicación, gestión del cambio, diversidad–. Aquí es donde se generarán mayores oportunidades de formación corporativa. Aunque sin duda serán los propios profesionales quienes, a partir de un menú de aprendizaje, definirán su propio desarrollo formativo: rápido, efectivo y just in time.
Hay un interés creciente por el desarrollo de habilidades directivas relacionadas con el liderazgo, la comunicación, la gestión del cambio y la diversidad
Y como no puede ser menos, en una revolución digital, los formatos de aprendizaje cambiarán extraordinariamente. No es que lo presencial vaya a pasar a la historia, probablemente evolucionará hacia la “virtualidad presencial”. De igual modo, a medida que se vayan desarrollando las competencias digitales de los profesionales y la oferta formativa digital vaya aumentando su nivel cualitativo, se abrirán infinitas posibilidades de aprendizaje muy atractivas. Conceptos como aprender jugando (gamificación) o nuevos dispositivos que hagan más accesible la formación se irán implantando rápidamente.
La formación será global, no habrá fronteras idiomáticas, y el reciclaje continuo seguirá siendo necesario para garantizar la competitividad de la empresa
Obviamente la formación será global. No habrá fronteras idiomáticas. La competencia será altísima a la vez que la demanda de aprender infinita para poder mantener un puesto de trabajo, para que la empresa siga siendo competitiva.
Las empresas lo saben y los profesionales también. Quizás quien más se resiste a esta realidad es el propio sector educativo. Aunque para eso, nos guste o no, el mercado es implacable.
Artículo de opinión de Pau Roig, director del área de Corporate de EADA