La participante del International Master in Management Clara Remacha desarrolló una app relacionada con el sector inmobiliario
Este ha sido un año muy especial para la catalana Clara Remacha que con solo 23 años ha finalizado su International Master in Management de EADA y ha vivido la extraordinaria aventura del Imagine Express 2015. El pasado mes de febrero fue una de las 36 dreamers seleccionadas –entre las que también había las dos estudiantes de EADA Elizabeth Lee e Inês Marques– para subirse a un tren que les iba a llevar a París y Londres donde durante cuatro días debían desarrollar apps que solucionaran varias problemáticas sociales. Su proyecto, focalizado en fomentar la relación entre inmobiliarias y clientes tras la venta de un inmueble, le ha servido para darse cuenta de que con perseverancia los sueños se pueden hacer realidad.
¿Con qué adjetivo definirías tu paso por el Imagine y por qué?
Challenging. El hecho de crear una app y desarrollar una idea nueva en dos días tiene dos inconvenientes. Por un lado, no hay suficiente tiempo para ligar todos los puntos y profundizar en cada uno de ellos. Pero, por otro, hay suficiente tiempo para replantear el problema inicial. Debido a esto, durante el desarrollo de la idea tuvimos varios momentos de subidas y bajadas, momentos en los que no te crees suficientemente preparado para superar el reto con éxito, pero al final te das cuenta de que lo has superado y de que sí eres capaz. Y por eso he escogido la palabra challeging, ya que de eso he aprendido más que si todo hubiera salido como una rosa desde el principio.
¿Cuáles han sido los principales desafíos a los que tuviste que hacer frente?
Personalmente, el desafío más importante fue definir el modelo de negocio conciliando dos intereses que pueden llegar a ser muy diferentes: el del usuario final y el del banco/immobiliaria. Éste fue uno de los momentos críticos del desarrollo pero estoy muy satisfecha con el resultado que alcanzamos, ya que creo que conseguimos encontrar un balance muy positivo tanto para unos como para otros, es decir, una situación totalmente win-win.
¿Cómo fue trabajar durante cuatro días con personas que no conocías?
Es difícil formar equipos en unos pocos minutos, pero es increíble cómo puedes llegar a conectar con gente que acabas de conocer y cómo puedes llegar a estrechar vínculos con todos ellos debido a la presión. El ambiente con el equipo ha sido bueno en todo momento y lo que más me gustó fue que todos confiábamos ciegamente en el otro en su área de conocimiento. Evidentemente que la presión te lleva a momentos de tensión, pero el respeto y las ganas de llegar a un objetivo común pesaron siempre más.
Es increíble cómo puedes llegar a conectar con gente que acabas de conocer y cómo puedes llegar a estrechar vínculos con todos ellos debido a la presión
¿Se pueden tener ideas brillantes en un tren?
Cuando te lo explican al principio parece que el hecho de estar en un tren vaya a ser más una limitación que un beneficio, pero luego descubres que sacarte de tu zona de confort hace que te olvides de todo lo que te rodea y tu mente esté sólo concentrada en desarrollar la idea. Nos metimos tanto en el papel que replanteándonos el problema y generando nuevas soluciones se nos pasó todo el viaje desde Barcelona a Francia como si se tratara de un viaje de 20 minutos.
¿Qué consejos os dieron los expertos y asesores?
Creo que esta es una de las mejores cosas con las que cuenta Imagine. La cantidad y variedad de expertos te permite tener diferentes puntos de vista en muy poco tiempo, juntar muchas opiniones en unos pocos minutos y ser capaz de englobar todo esto para crear tu propio proyecto. Ellos te hacen elevar el listón, evaluar cosas que no habías pensado y te ayudan a salir de círculos viciosos que se generan cuando estás demasiado metido dentro de tu propia idea.
Los asesores que tuvimos nos permitió elevar el listón, evaluar cosas en las que no habíamos pensado y salir de los círculos viciosos que se generan cuando estás muy obcecado en una idea
Explícanos en qué consistía tu proyecto. ¿Qué retos queríais conseguir?
Básicamente nuestro proyecto fue lanzado por Solvia Inmobiliaria de Banc Sabadell. El problema consistía en que, actualmente, cuando finaliza el proceso de venta de un inmueble, la relación con el cliente acaba automáticamente. Por ello, lo que pretendía nuestra iniciativa era alargar ese vínculo. Propusimos una app de servicio postventa que solucionara todos los problemas que cualquiera pueda encontrarse en la gestión de un hogar. En concreto, nos centramos en dos ámbitos. Por un lado, un marketplace de profesionales en el que el usuario pudiera acceder para solucionar cualquier percance en casa como, por ejemplo, la avería de algún electrodoméstico o algún posible escape. Con esto, solucionábamos a la vez tres problemas: la falta de visibilidad de este tipo de profesionales, el acceso fácil y rápido a estos de los propios usuarios y la finalización de la relación entre el banco o la inmobiliaria y el usuario. En segundo lugar, el otro gran problema que identificamos en la gestión de un hogar fueron los suministros. Y es que sólo pensar en todo lo que hay que hacer para cambiar de compañía telefónica o de Internet te hace estar con la actual, y al final, acabas pagando un precio muy alto por esto. Lo que proponíamos consistía en otra sección de la app en la cual expertos del banco pudieran llevarle al usuario todo este tipo de servicios, no sólo de forma reactiva, sino también de forma proactiva, con lo cual el advisor pudiera avisar al usuario siempre que hubiera una tarifa menor o con más beneficios.
¿Qué posibilidades crees que tenéis para comercializarlo?
Aunque no fuimos ganadores del concurso, Banc Sabadell está decidido a desarrollar la idea y comercializarla, así que el hecho de que crean en la idea y la quieran tirar adelante supone un valor añadido más al trabajo que hicimos durante esos días.
¿Cómo fue la presentación del proyecto ante los inversores?
Para mí fue uno de los mejores momentos de toda la experiencia en general. La posibilidad de presentarlo ante inversores y empresarios de tal nivel de por sí ya suponía un reto y una responsabilidad enorme, con lo cual la presión era muy alta, pero precisamente por eso, el hecho de que nos saliera como nos salió, le da un valor incalculable a la experiencia. Personalmente, lo que me llevo de Imagine es descubrir hasta qué punto soy capaz de llegar en este tipo de situaciones, y después de la experiencia, puedo decir que sentí una soltura y un control que me hacen darme cuenta que el salto de calidad en tan sólo cuatro días ha sido espectacularmente grande.
La posibilidad de presentar el proyecto ante inversores y empresarios de alto nivel de por sí ya suponía un reto y una responsabilidad enorme
¿Cuáles son las principales lecciones que aprendiste en el Imagine y que puedas aplicar en un futuro próximo?
Hay muchísimas cosas que hemos aprendido durante este viaje pero creo que hay dos que, para mí, sobresalen del resto. La primera es darnos cuenta de que podemos cumplir los objetivos iniciales. Hubo muchos momentos durante el viaje en que parecía que la idea no tenía sentido, en que perdimos el rumbo. Pero tras seguir intentándolo nos dimos cuenta de que sí éramos capaces de conseguirlo. Esa perseverancia que nos ha resaltado Imagine nos acompañará toda la vida. Por otra parte, destacaría la chispa para encender la mecha y saltar al vacío. A lo largo de la vida de cada uno de nosotros tenemos ideas pero nunca las llegamos a realizar porque no tenemos la motivación o la certeza de que pueda llegar a convertirse en realidad. Eso es lo que Imagine te aporta: el hecho de soñar en grande, de tener una idea, y no tan sólo creerte capaz de desarrollarla, sino también con las ganas y el empuje necesario para tirarlo adelante.
Imagine me ha aportado poder soñar en grande porque, de comprobar que puedes desarrollar cualquier idea que te propongas
¿Qué conocimientos adquiridos en EADA pudiste aplicar en tu proyecto del Imagine?
Hace solamente un año estaba acabando mi carrera de Ingeniería Industrial y, aunque me gustaba, no encontraba la manera de relacionar lo que estaba estudiando con el mundo real. Desde que empecé en EADA he encontrado esta relación con la realidad y siento que estoy aplicando no sólo los conceptos trabajados en cada una de las áreas estudiadas sino también conceptos que había ido adquiriendo a lo largo de mi vida y a los que nunca había encontrado sentido. Tengo la sensación que pasar de la universidad a EADA ya me permitió dar un paso gigante hacia el mundo real, pero la experiencia en Imagine Express ha sido otro gran salto hacia la realidad en el cual he podido comprobar que muchos de los conceptos que hemos estado estudiando durante el International Master in Management son esenciales para desarrollar cualquier tipo de proyecto de forma coherente y consistente.