Hace ya 20 años que María Salamero realizó el Executive MBA de EADA. Lo hizo para complementar su perfil de ingeniera con un conocimiento más holístico del mundo de los negocios y para potenciar sus habilidades de liderazgo con el objetivo de asumir un rol directivo. Desde entonces ha asumido diferentes posiciones directivas en los ámbitos de las operaciones, la tecnología, la formación, la investigación (tiene una patente), la innovación y la comunicación en diferentes sectores, tanto en instituciones públicas como privadas.
Suez, Aigües de Barcelona, la Cambra de Comerç de Barcelona o el Ayuntamiento de Barcelona son solo algunas de las instituciones en el sector del agua y medio ambiente donde ha dejado huella, siempre aportando creatividad, miradas diferentes y construyendo equipos de alto rendimiento. Asimismo, ha dedicado su tiempo de forma altruista a la sociedad siendo miembro de asociaciones como Respon.cat, La Cambra de Comerç o l’Associació d’Enginyers Industrials de Catalunya (AEIC), en la que en junio de 2022 fue elegida su Presidenta. Desde septiembre del 2022, es también la Responsable de Sostenibilidad en Celsa Group. Hablamos con María de su apasionante carrera profesional y de su paso por EADA en la siguiente entrevista.
¿Por qué decidiste realizar el EMBA de EADA? ¿En qué situación te encontrabas?
Yo soy ingeniera industrial. Llevaba muchos años asumiendo trabajos muy técnicos y vi la necesidad de complementar mi formación de ingeniería con una formación más transversal y relacionada con el ámbito de la gestión. El EMBA de EADA me permitió ampliar conocimientos sobre marketing, finanzas o recursos humanos, ámbitos que no había abordado en la ingeniería.
¿En qué sentido el master de EADA fue un punto de inflexión en tu vida personal y profesional?
Fue un punto de inflexión porque me dio una visión más holística del mundo de empresarial comprendiendo los diferentes roles y visiones necesarias. Del mismo modo, el master me ayudó a analizar problemas y situaciones desde múltiples perspectivas, sobre todo por compartir clase con compañeros y profesores de diferentes nacionalidades y backgrounds.
¿Qué conocimientos y competencias adquiridas durante el programa has podido aplicar a lo largo de tu extensa carrera profesional?
A nivel de conocimientos y habilidades, yo diría muchas. Quizás en mi caso, como la parte de Operaciones la tenía más interiorizada, aprendí mucho sobre áreas que desconocía más, como comunicación, marketing o recursos humanos. Eran ámbitos en los que no me sentía cómoda ni me atraían a priori. En cambio, a medida que iba profundizando más en estas áreas fui interesándome más. A lo que añadiría la capacidad de analizarlo todo desde una perspectiva global antes de tomar decisiones estratégicas.
¿Cómo definirías el proceso de transformación y de crecimiento personal que viviste durante el EMBA?
Este proceso de transformación y autodescubrimiento lo vivimos desde el primer día de clase al conocer otras realidades, ya sea por los compañeros, los profesores o los casos que analizábamos. El master me dio esta visión más abierta y me permitió salir de mi zona de confort, pues hasta ese momento mi experiencia profesional se centraba en roles más técnicos. Estoy convencida de que si no hubiera realizado el EMBA de EADA no habría accedido a las posiciones profesionales que he asumido durante estos 20 años. Del mismo modo, gracias al EMBA he desarrollado una dimensión más humanística, alejada de los roles tan “cuadriculados” de las ingenierías.
¿Cómo has afrontado los desafíos que han ido surgiendo en los diferentes roles profesionales que has asumido desde que finalizaste el master?
Lo primero, ya sea en sustitución de alguien o para un puesto de nueva creación, es conocer al equipo y empezar con humildad y, sobre todo, con mucho respeto por el trabajo previo realizado. A veces cuando alguien asume una nueva posición lo quiere cambiar todo. En mi opinión, esto es un grave error porque es necesario, en una primera fase, conocer bien a los miembros de tu equipo, las principales problemáticas, identificar lo que se está haciendo bien y lo que se debe mejorar. Para mí, la segunda fase consiste en hacer benchmark y conocer realidades de otras empresas, inspirarse fuera. Y en tercer lugar, conviene poner el foco, porque al final debes obtener resultados: fijar objetivos e indicadores, trazar un plan, garantizar su ejecución y dejar evidencias de este cambio y de la aportación de valor. En este sentido, para mí es clave dejar un legado cuando finalizas una etapa en una empresa.
¿No te han dado miedo posiciones tan distintas en tu carrera profesional?
Soy una persona inquieta y creativa y necesito el cambio. Sí que a veces me he sentido sola y he sentido respeto hacia el desafío que tenía por delante. Pero creo que todos debemos ser capaces de inspirarnos, de aprender de los mejores, de saber poner el foco y pasar a la acción ejecutando proyectos. Para mí ha sido muy importante aprender en cada posición nueva que he asumido, porque esos aprendizajes los he ido incorporando en el futuro.
¿Es difícil ser mujer y directiva?
Yo lo que espero es que llegue el día en que no me hagan esta pregunta y ello será una gran evidencia de que hay plena igualdad. En mi caso, no me ha sido difícil ni me ha generado problema alguno, pero sí ha requerido mucho esfuerzo y perseverancia. Creo que para invertir la situación actual es clave mostrar referentes de mujeres directivas cercanas y de “carne y hueso”, en las que otras se puedan ver reflejadas en un futuro. Las que asumimos puestos de responsabilidad tenemos que acceder a entrevistas como esta, asistir a foros y eventos, y hacernos visibles para otras mujeres. Hay muchas iniciativas, sobre todo en las instituciones educativas, para fomentar el liderazgo femenino en posiciones científico-técnicas. Por ejemplo, en el Colegio de Ingenieros Industriales creamos hace tres años una comisión de equidad, tecnología y futuro que trabaja en estos aspectos entre otros.
Lo que sí es cierto es que todavía queda mucho camino por avanzar en este sentido.
Es una combinación de factores lo que hace que todavía no haya una equidad en los puestos de dirección. Hay empresas que lo hacen muy bien, por lo que no podemos generalizar. Los programas de liderazgo femenino ayudan, las políticas de igualdad también y la sensibilización en estos aspectos (tanto de hombres como mujeres), pero no creo que sea suficiente. Lo que verdaderamente hace falta es que nosotras mismas nos lo creamos, tener más autoconfianza, porque todavía hay muchas mujeres que se cuestionan si podrán o no asumir un rol directivo y detectar y presentarse a las oportunidades que surjan sin dudarlo. Y, como decía, faltan referentes para inspirarnos mutuamente y crecer juntas.
Tu compromiso con la sostenibilidad ha sido una constante en tu carrera profesional. Lo fue en tu etapa en Agbar aportando soluciones a la transición ecológica y justa en el área metropolitana de Barcelona. Y, más recientemente, como Responsable de Sostenibilidad en Celsa Group. ¿Qué recomendaciones darías a las empresas para ser más sostenibles?
Que creen un equipo con los mejores que tienen en la empresa y, si no los tienen, que busquen expertos que lideren esta necesaria transición sostenible.. Que lo pongan como prioridad. Que analicen sus gastos y los riesgos y costes que implica no ser sostenibles. Porque aún se sigue pensando que la sostenibilidad tiene un elevado coste. También les diría que lo hagan rápido. Para mí la sostenibilidad forma parte de la estrategia de la empresa.
¿Qué significa para ti ser un/a profesional con propósito?
Debe tener no solo una visión a corto plazo, sino también a medio y largo plazo, tanto desde la perspectiva del negocio como del impacto que va a tener en la sociedad. También es clave contar con stakeholders alineados con tus objetivos y propósito. Ya no se trata de dejar de hacer las cosas mal sino de contribuir a hacer las cosas mejor, para finalmente generar impacto positivo en el planeta y las personas.
Los tres pilares del EMBA son actualmente sostenibilidad, liderazgo e innovación. ¿Qué opinas?
La sostenibilidad necesita de la innovación, de las miradas distintas. Puede ser innovación en modelos de negocio, innovación tecnológica…. Por ejemplo, las green & smart technologies nos pueden ayudar mucho a evolucionar con soluciones para una transición ecológica y justa. Y, finalmente, las personas que liderarán esta transición, capaces de transformar las empresas poniendo la sostenibilidad en el centro de la estrategia del negocio, con una mirada a largo plazo, y con impacto positivo en la sociedad y al planeta.
¿A quién recomendarías el EMBA de EADA?
Lo he recomendado a mucha gente. Porque combina perfectamente la parte teórica con la parte experiencial de una forma muy bien equilibrada. Porque tiene una mirada muy fresca e innovadora en las dinámicas de clase. También por el centro residencial de Collbató, donde se potencia el trabajo en equipo y pensamos de manera distinta para afrontar nuevos retos desde múltiples perspectivas. En mi opinión, este es un programa para perfiles que aspiran a un rol directivo o que quieren emprender un negocio, o asumir posiciones de coordinación. Sin duda, el EMBA es el master de masters y, más aún, el EMBA de EADA, que siempre está a la última en tendencias y que se vertebra sobre liderazgo, innovación y sostenibilidad.