Propósitos para el año nuevo: Claves para conseguirlos
Estamos a punto de empezar un nuevo año. Es el momento de marcarse nuevos propósitos, de alcanzar aquellas metas que aún no hemos conseguido y de fijarse nuevos retos. Para evitar que estos buenos propósitos no se queden en el intento conviene hacer una planificación y establecer unas ciertas pautas para finalizar el próximo año con todos los propósitos cumplidos.
Así pues, el primer paso es planificar bien. A la hora de fijarnos objetivos conviene saber lo que realmente queremos conseguir al final. Un consejo es tener bien claro para qué es importante ese reto o meta. No vale con ponerse objetivos sin ton ni son. Fijarse propósitos para el año nuevo implica una reflexión acerca de las acciones tomadas durante el año que acaba que nos perjudicaron o de aquello que quedó pendiente por cumplir. De ahí que en esta primera fase de planificación debamos preguntarnos sobre las decisiones desacertadas que hicimos durante el año, sobre los peores momentos que no hay que repetir o sobre lo que nos tenemos que deshacer en el nuevo año que entra.
Esta reflexión nos llevará a buscar un motivo concreto para cada propósito. Para que funcione, lo recomendable es que este motivo sea más emocional que racional. Es decir, si nos fijamos una meta que nos motive siempre será más fácilmente alcanzable. Por el contrario, si nos obligamos a conseguir algo será más difícil de llevarlo a cabo. No hay que olvidar que los propósitos suelen estar relacionados con cambios de hábitos. Interiorizar esa nueva costumbre requiere tiempo, pues se tiene que ir incorporando poco a poco en nuestro día a día.
Otra recomendación es ser muy concretos y concisos. La mayoría de veces el principal motivo por el que no se cumplen nuestros deseos es porque nos fijamos propósitos demasiado grandes y ambiciosos. Muchas veces, nuestras expectativas nos traicionan, sobre todo porque son muy poco realistas. De ahí que sea clave que los propósitos se tengan que adecuar siempre a nuestra situación actual. En todo caso, es importante remarcar que la concisión y el realismo en la planificación no son incompatibles con querer descubrir nuevas sensaciones en el año nuevo o con tener ganas de desarrollar más nuestro potencial. Los propósitos deben ser realistas pero ambiciosos a la vez. Como dijo el periodista, politólogo y economista inglés Walter Bagehot, “el mayor placer en la vida es hacer lo que la gente dice que no podemos hacer”.
Otras consideraciones que hay que tener en cuenta es la flexibilidad en cambiar algún propósito con el tiempo, pues la vida es impredecible y puede que tengamos que hacer ajustes, tomar conciencia de que surgirán obstáculos por el camino –hay que aprender a afrontarlos y a no rendirse– y, también, la posibilidad de tener los propósitos por escrito y a la vista, para mantener la motivación.
Por todo ello, es el momento de retarnos con nuevos propósitos, de salir de la rutina, de descubrir nuevas potencialidades nuestras, de sorprendernos y sorprender a los que nos rodean. Pero, sobre todo, de ilusionarnos. ¡Feliz 2019!