Entrevista a Jordi Díaz:
“Nuestros participantes están en un entorno más cercano al de un comité de dirección que al de una universidad”
Los rankings son para las escuelas de negocios lo que Google es para cualquier organización. Aparecer en alguna de estas prestigiosas clasificaciones no sólo sitúa a instituciones como la nuestra en una liga superior sino que se ha convertido en un factor determinante para realizar un master o MBA. En torno a este debate giró la sesión inaugural del reciente EFMD Conference on Master Programmes celebrada en noviembre en Oslo, en la BI Norwegian Business School. Se trata de la conferencia anual que organiza la European Foundation for Management Development, que es el máximo organismo a nivel europeo que aglutina a las principales business schools. Uno de los ponentes fue Jordi Díaz, director de Programas y de Relaciones Institucionales de EADA, a quien la EFMD nombró director de la Teaching & Learning Executive Academy, un órgano que se ha creado para potenciar las habilidades de liderazgo de otros directores de programas a nivel mundial.
¿Por qué los rankings despiertan tanto interés hoy en día?
En primer lugar, porque el mercado los demanda. Proporcionan una información que es cada vez más determinante para decantarse hacia un producto/servicio u otro. Por ejemplo, en el ámbito de la formación es un factor determinante para discriminar entre la amplia oferta de programas que hay en el mercado. Es difícil que aglutinemos toda la información necesaria para hacer ese filtraje, de ahí que los rankings sean una herramienta muy útil para llevarlo a cabo. Pero estas clasificaciones existen en todos los sectores. Y es lógico porque en la actual era hiperconectada, en este entorno tan globalizado, queremos productos y servicios de primer nivel independientemente de donde estén. Pero, aparte, añadiría que estar o no en los rankings te posiciona o te desposiciona en tu sector. Por consiguiente, cualquier estrategia de cualquier organización debe tener en cuenta hoy en día el impacto que tienen.
¿Estaríamos hablando, por tanto, de un nuevo factor de presión para las organizaciones?
Totalmente. Los rankings son un elemento de presión y de exigencia para cualquier sector, pues obligan a cualquier empresa o institución a mejorar constantemente sus parámetros de calidad. No se trata únicamente de conseguir esa posición privilegiada sino de mantenerla en el tiempo, de seguir estando posicionados entre los mejores de tu sector. Ello implica hacer autocrítica y no tener complejos por reconocer los puntos débiles y trabajar para mejorarlos.
Participar en un ranking implica hacer autocrítica y no tener complejos por reconocer los puntos débiles y trabajar para mejorarlos
¿Qué retos concretos plantean estos rankings a las escuelas de negocios?
El más importante es que se suelen comparar diferentes escuelas y programas bajo un mismo criterio. En esta fiebre por los rankings cada vez vemos que hay más que mezclan datos académicos con otros no académicos. Por este motivo siempre digo que lo más importante no es la posición que consigas en esa clasificación sino el prestigio y la rigurosidad del ranking en el que vayas a participar. Bajo este criterio, tomamos hace diez años la decisión de estar presentes en los rankings de Financial Times y The Economist. El motivo es que sólo pueden participar aquellas escuelas que hayan obtenido las acreditaciones EQUIS –acreditación europea otorgada por la EFMD– y AACSB –acreditación americana que otorga la American Assembly of Collegiate Schools of Business–. Es, por tanto, un filtro de calidad que nos da un plus de reputación y seriedad.
¿Cuáles son los parámetros que valoran estos dos rankings?
En ambos casos se valoran tanto las instituciones académicas como sus programas según la satisfacción de los participantes, su desarrollo profesional, la calidad, la presencia femenina, la internacionalización o el porcentaje de doctores entre el profesorado. Pero todos estos parámetros hay que contextualizarlos con otros factores que acaban condicionando que unas escuelas estén mejor posicionadas que otras. Por ejemplo, el salario al que aspiran los participantes cuando finalizan un programa: no podemos comparar el elevado sueldo de cualquier cargo ejecutivo de un país asiático con el de aquí o el de un país de América Latina. Otro ejemplo es que se suele valorar más la investigación académica que la aplicada y, en nuestro caso, aunque nos reste posiciones, tenemos claro que vamos a seguir apostando por la aplicada porque es la que más positivamente impacta en el aprendizaje de nuestros estudiantes.
Por tanto, estas clasificaciones plantean grandes dilemas a las organizaciones.
Así es, porque por una parte quieren mejorar su posición pero, por otra, no quieren renunciar a su propuesta de valor. Por ejemplo, en EADA no anteponemos el criterio del salario a otros que forman parte de nuestra propuesta de valor y que son los que más destacan nuestros participantes. Me refiero, por ejemplo, a la internacionalización de nuestras aulas, pues contamos con participantes procedentes de más de 60 países diferentes. Otro aspecto que priorizamos es el emprendimiento, que inculcamos en todos los programas desde el primer día y que, de hecho, es uno de los principales motivos por los que muchos candidatos con ganas de crear su propio negocio escogen EADA. En nuestra propuesta de valor también cabe destacar la evolución profesional de los graduados, pues desde el principio están en contacto con el mundo corporativo, les ayudamos a hacer networking y les damos una atención personalizada para encontrar trabajo en su sector. Es remarcable que a los tres meses de acabar un programa en EADA un 90% de nuestros participantes esté trabajando en el ámbito que desea.
El perfil internacional de nuestros participantes, el contacto con el mundo empresarial o el desarrollo de la carrera profesional son factores clave de la propuesta de valor de EADA
Tampoco podemos pasar por alto la apuesta de EADA por la formación relacionada con el liderazgo y las habilidades directivas en general de acuerdo a las nuevas demandas del mercado.
Efectivamente. Aunque todos los programas tienen cuatro módulos específicos de habilidades directivas que se realizan en el Centro Residencial de Collbató, las habilidades en liderazgo se trabajan también desde el primer día a través de nuestra metodología learning by doing. Por ello, nuestros participantes se encuentran en un entorno más cercano al de un comité de dirección que al de una universidad. Y es que están en aulas de máximo 30 personas, deben tomar decisiones estratégicas en cada clase junto con personas de diferentes nacionalidades y backgrounds y están habituados a defender sus opiniones públicamente. Les hacemos practicar la teoría constantemente porque así lo demandan las empresas que les contratan cuando finalizan sus estudios en EADA.
¿Qué valoración te merece el hecho de que Barcelona siga siendo, junto con París y Londres, una de las tres principales ciudades más atractivas para los estudiantes internacionales que quieren realizar un master o MBA?
En EADA valoramos muy positivamente que junto con las otras dos escuelas de negocios acreditadas y presentes en los principales rankings internacionales, ESADE e IESE, acaparemos la atención de talento internacional. En ningún caso lo vemos como competencia, al contrario, pensamos en clave de clúster, de colaborar conjuntamente para reforzar la posición privilegiada que ha ido adquiriendo Barcelona en los últimos años.
Pensamos en clave de clúster, de colaborar conjuntamente con otras escuelas de negocios para reforzar la posición hegemónica de Barcelona en la formación de másters y MBA
Por último, Jordi, háblanos de tu nuevo puesto como director de la Teaching & Learning Executive Academy de la EFMD. ¿Cuáles serán los principales objetivos de esta nueva academia?
Sin duda, asumir esta posición es un nuevo ejemplo del compromiso que tiene EADA con el sector de la formación para directivos. Además, encaja perfectamente con el propósito que comentaba anteriormente de crear un clúster de formación. Dicho esto, el principal reto de la Executive Academy de la EFMD es ayudar a los directores de programas de escuelas de negocios internacionales a potenciar todavía más sus cualidades de liderazgo para que sus programas formativos consigan una mayor excelencia. Esto es muy importante porque repercutirá positivamente en la evolución de la carrera del participante de cualquier programa master o MBA. Y es que esta formación que impartiremos desde la Academy –en tres países diferentes durante 2017– se estructurará en tres ejes. El primero, leading oneself, explorará las fortalezas y limitaciones de los directores de programas, lo que les permitirá autoanalizarse y pensar acerca de sus aspectos a mejorar. El segundo, leading others, buscará diferentes vías para motivar e influenciar en el staff de la escuela y fomentar la creatividad. El tercer eje, managing successful programmes, se centrará en replantear procesos y diseños de programas y en buscar nuevas conexiones con stakeholders. Como decía, aunque es una formación orientada a directores de programas, el foco es mejorar la calidad de nuestros programas para que los participantes consigan todos los retos que se propongan. Si el sector de la formación de directivos se profesionaliza todavía más, todos saldremos ganando.