Actualmente las empresas están compitiendo en unos entornos muy complejos y volátiles, donde la toma de decisiones tanto operativas como estratégicas resulta cada vez más difícil para los/as directivos/as. ¿Cómo se puede asegurar la rentabilidad y la liquidez de una compañía ante unos costes energéticos y una materia prima que no paran de subir? ¿Cómo hay que afrontar posibles disrupciones en la cadena de suministros, anticipar una subida de tipos de interés, evaluar el impacto de la Inteligencia Artificial, mantener la cuota de mercado ante la entrada de nuevos competidores y a su vez seguir tomando decisiones de forma acertada?
Reflexionamos acerca de todo ello con el Dr. Joan Anton Ros, profesor asociado del EADA y Co-founder de ETBO. Ante estos escenarios, el experto afirma que “las empresas podrían adoptar una actitud reactiva tomando decisiones a medida que se suceden los acontecimientos, lo que no les garantizaría su viabilidad, o bien, dotarse de unas adecuadas herramientas de controlling que les permita afrontar estas situaciones, mediante una hoja de ruta bien diseñada, que cuente a su vez con unos planes de mitigación y contingencia”.
El Dr. Joan Anton Ros pone el foco en dos herramientas de gestión empresarial que debe conocer y poner en práctica cualquier controller de negocio. La primera de ellas es el Control y la gestión de riesgos (Risk Management). En su opinión, “un adecuado marco de control y gestión de los riesgos resulta imprescindible para cualquier toma de decisiones empresariales, ya que siempre es necesario asumir determinados riesgos para obtener unas oportunas rentabilidades”.
Así, por ejemplo, una venta comercial comporta a su vez un riesgo de crédito en cuanto a que el cliente pueda dejar de pagar, una transacción con un operador internacional implicará un riesgo de divisas, pedir un crédito a un tipo de interés variable puede comportar un aumento de los tipos de interés. Del mismo modo, trabajar con commodities implica que los precios de compra de las mismas están expuestos a la propia volatilidad de los mercados financieros. “El/la controller debe ser capaz de detectar estos riesgos que afectan a la empresa, categorizarlos por orden de prioridad en base a su gravedad o recurrencia, medirlos, y proponer unos planes de contingencia adecuados para su mitigación, tales como: reducir la exposición al riesgo, reforzar garantías, transferir el riesgo a una aseguradora, optar por un tipo de interés fijo u otras posibles soluciones eficaces”, apunta.
La segunda herramienta a la que se refiere el profesor Ros es el Cuadro de Mando Integral (Balanced Scorecard). Como explica, “esta es una de las mejores metodologías para diseñar un cuadro de mando que permita monitorizar el plan estratégico y operativo de una empresa”. Y añade: “Un cuadro de mando debe basarse en un formato de conexiones causa-efecto, donde se visualicen los diferentes objetivos propuestos por la empresa para un determinado periodo de tiempo, junto a las posibles desviaciones, con la finalidad de poder determinar de forma anticipada el impacto que suponen las mismas en los departamentos afectados y también sobre el valor agregado de toda la organización. Unas conexiones de causalidad que incluyen tanto el equipo humano, los procesos productivos, la relación con los clientes, como los resultados financieros”.
Así, a través de este cuadro de mando, el/la controller debe ser capaz de detectar de forma inmediata, mediante una propuesta de indicadores de gestión (Key Perfomance Indicators) cualquier desviación que se pueda producir en todos y cada uno de los objetivos clave de la organización. Según Ros, “la relevancia de esta herramienta es que permite visualizar de forma inmediata y secuencial una serie de relaciones causa-efecto que repercuten en los resultados de la empresa, tales como posibles defectos en calidad, falta de innovación, desmotivación del personal o pérdida de clientes, sin tener que esperar a los cierres contables anuales para poder tomar las acciones correctoras.
En el Programa de Control de Gestión y Reporting de EADA dotamos a los estudiantes de todas estas herramientas de gestión empresarial que son imprescindibles para cualquier controller, director/a o mando intermedio para tomar las oportunas decisiones en este entorno complejo y volátil en el que vivimos y en aras a poder encarar con éxito los retos a los que se enfrenta la empresa en su día a día. Nuestro objetivo es dotarles de una visión poliédrica y transversal de la realidad empresarial, aportando una visión desde diversas perspectivas, no solo la financiera, e integradora con los demás departamentos funcionales de la empresa.
Post escrito por Àlex Font, Director del Programa Control de Gestión y Reporting de EADA.