Tras la disrupción vivida tras la pandemia y los diferentes lockdowns en todo el mundo, el fenómeno de la globalización parece estar recuperándose a niveles prepandemia. El movimiento de mercancías se está restableciendo a niveles de periodos pasados, a lo que cabría sumar la recuperación de las inversiones directas en países y la recuperación del turismo de forma gradual.
Aun así, la supply chain presenta desafíos que necesitarán tiempo y esfuerzo para poder ser corregidos. La logística marítima presenta disrupciones debido a cierres de puertos marítimos o por falta de capacidad que hace que los navíos deban descargar en otros puertos o bien esperar debido a la congestión de las entradas y descarga de los puertos. Este mismo fenómeno, en parte, se está produciendo también en el transporte aéreo por la falta de personal.
En consecuencia, los costes del transporte se han encarecido. En particular el marítimo, debido a las disrupciones descritas anteriormente sumado a la falta de encaje físico de oferta y demanda de contenedores (75% del mercado del transporte por tres navieras y regulaciones que dan soporte a este tipo de empresas que en años anteriores habían tenido desafíos de rentabilidad). La inflación de los precios de la energía es otro efecto a que se suma a este encarecimiento. Esto hace que los fabricantes sufran ineficiencias por retrasos y aumento de precios en las materias primas o componentes y tengan que competir por una logística limitada.
Aunque existen empresas que están acortando sus cadenas de suministro, poder cambiar de fuentes de provisión para ayudar a contener la inflación en costes no siempre es posible. Aspectos como el mantenimiento de la calidad técnica o de servicio de las materias primas, la localización de los proveedores, el riesgo de cambio entre monedas diferentes del proveedor y el fabricante o las inversiones tecnológicas para poder adaptar la cadena del fabricante a las materias primas del proveedor, entre otras, hacen que no siempre se pueda cambiar. Y, en caso de que se pueda, se necesitará un periodo de adaptación, teniendo en cuenta también los desafíos del gap cultural entre proveedor y fabricante.
Adicionalmente, la incertidumbre en la demanda tanto por cantidad como por comportamiento junto a valores de inflación elevados y unas expectativas inciertas de su valor futuro aunque con intentos de bancos centrales de su contención con aumentos de los tipos de interés, hace que se prevean escenarios difíciles de predecir por las empresas. Esto no ayuda a poder organizarse ni ellos ni sus cadenas de suministro y afecta a sus eficiencias, cargando sus costes con un efecto alcista sobre los precios para mantener su rentabilidad. Regulaciones para mejorar los ecosistemas, legislaciones laborales constreñidas o sindicatos duros, son entre otros aspectos, rigideces del entorno que no ayudan a las empresas para poder ajustarse a esta nueva situación.
Ante este panorama, ¿cómo podemos gestionar las cadenas de suministro para ayudar a la competitividad de la empresa? Por la parte dura o hard, continuar con la tecnificación aprovechando los avances de la Industria 4.0.
Datos para aumentar la visibilidad en tiempo real de las cadenas, mejoras de los modelos de previsión en varios ámbitos como la demanda, el mantenimiento o los recursos humanos, automatización física como administrativa o nuevas tecnologías en producción son líneas a considerar. Por la parte blanda o soft, continuar con la concertación de proveedores como partners, la capacitación, motivación y fidelización de las personas para conseguir el desarrollo de su talento o desarrollo de estrategias de flexibilidad y adaptación de las cadenas donde el reaprovechamiento, la colaboración y el compartir recursos entre agentes y otras empresas, son ejemplos a tener en cuenta.
No obstante, el enfrentarnos a un futuro con escenarios inciertos y tempos diferentes según la zona geográfica, país o incluso región, además de medidas hard o soft, pasará por la necesidad por parte de los mánagers de las cadenas de comprender lo que sucede en su entorno y dentro de las cadenas, así como grandes dosis de creatividad para poder innovar y adaptarse rápidamente a los cambios.
Post escrito por Manel Guerris, Director del Master en Dirección de Operaciones y Supply Chain Management de EADA.