EADA lanza el Programa de Alta Dirección en Sostenibilidad dirigido a consejeros y altos directivos que quieren sumarse a la revolución sostenible. Los principales objetivos del nuevo programa son identificar y comprender estos retos, reflexionar acerca del papel de la empresa –y sus máximos órganos de dirección– en la transición sostenible, apreciar las interrelaciones entre los stakeholders para una sociedad más sostenible y, también, entender cómo la empresa puede obtener una ventaja competitiva liderando iniciativas innovadoras sostenibles.
En un formato online y través de 10 sesiones síncronas de tres horas cada una, tanto profesores como profesionales con amplio expertise en la materia inspirarán a los participantes para liderar el cambio estratégico de la empresa hacia un paradigma sostenible. Hablamos acerca de todo ello con la Directora del programa, Desirée Knoppen.
¿Por qué surge este programa? ¿Qué necesidades va a cubrir y a quién puede interesar?
Hay una sensación de urgencia generalizada de que tenemos que cambiar nuestro sistema de producción y consumo. Son cada vez más las voces –consumidores, inversores, empleados, legisladores…– que abogan por un papel más activo de la empresa como motor de transición hacia una sociedad más sostenible. El programa de Alta Dirección en Sostenibilidad de EADA pretende inspirar a consejeros y altos directivos a liderar el cambio estratégico de la empresa hacia el rol de agente de la sostenibilidad medioambiental y social, gestionando adecuadamente el riesgo y garantizando la sostenibilidad económica dentro del marco de los objetivos del acuerdo de Paris.
¿Por qué ahora es el mejor momento para realizar este programa?
Varios fondos europeos y nacionales exigen atención a temas ESG (Environmental, Social, Governance). Además, los fondos de inversión, por ejemplo, Blackrock, empiezan a exigir transparencia en la recepción de fondos. Las prácticas de greenwashing pertenecen cada vez más al pasado. Los consejeros y altos directivos que realicen este programa comparten las mismas premisas: que no tienen todas las respuestas y que no pueden afrontar solos este gran desafío. El programa de Alta Dirección en Sostenibilidad de EADA les dará las claves para encontrar sinergias entre la creación de valor económico y de valor medioambiental y social.
¿Cuál es la metodología que se va a seguir?
La metodología es interactiva. Se requiere una breve preparación antes de cada sesión para poder debatir artículos o casos de negocio. El enfoque es altamente práctico: se contrapondrán empresas industriales con las del sector servicios, empresas grandes con pequeñas…Por ejemplo, analizaremos el crecimiento espectacular de la industria de la música en las últimas décadas sin producir un formato físico (CDs) y sin impactar negativamente el medioambiente gracias a la tecnología digital. También veremos como otros sectores no podrán prescindir de la misma forma de materiales y tendrán que buscar otras soluciones para reducir su impacto.
¿De qué hablamos cuando nos referimos a esta revolución sostenible? ¿Cómo está transformando lo negocios?
Emergen nuevos modelos de negocio basados en la maximización del valor social y medioambiental. Por supuesto, su reto es mejorar el volumen de negocio, pero ya no a coste de un elevado impacto social/medioambiental. Un buen ejemplo de estos nuevos modelos de negocio lo encontramos en aquellos que desvinculan la propiedad del uso. En estos casos no se trata tanto de maximizar los beneficios durante la transacción de venta sino de acompañar al cliente durante el uso que haga de ese producto o servicio.
¿Y cómo definirías el concepto de liderazgo sostenible?
La alta dirección tiene que hablar sin reservas sobre la creciente desigualdad social además del estado deplorable en que se encuentra el planeta (que va más allá del desafío que representa el cambio climático, incluyendo la pérdida de biodiversidad o la interrupción de ciclos naturales de nitrógeno y fosforo, por ejemplo). En este sentido, debe integrar un rol de activista a su rol de líder tradicional. Son perfiles que tienen una posición privilegiada porque pueden determinar el rumbo de la empresa. Esto conlleva una gran responsabilidad. En la concepción tradicional de la economía, la responsabilidad se limitaba a maximizar los beneficios de la empresa. En la concepción del siglo XXI, se enfatiza una responsabilidad moral que reconoce que no podemos maximizar nuestro bienestar a coste del bienestar de otros.
¿Qué iniciativas innovadoras se mostrarán y se debatirán en el programa?
Hablaremos, por ejemplo, de empresas B Corp, un movimiento global de más de 3.200 compañías en 70 países y 150 sectores que constatan que es posible dar soluciones concretas a problemas sociales y ambientales sin olvidar la viabilidad económica. Analizaremos empresas que han cambiado el paradigma de su sector. Este es el caso del de la moda, con prendas sostenibles de calidad que duran más tiempo. También mostraremos empresas de alimentación que apoyan prácticas agrícolas regenerativas, reduciendo la dependencia de fertilizantes sintéticos.
¿Cuál es el impacto de una empresa sostenible al atraer y retener talento, desarrollar una base de clientes leales y crear un uso más eficiente de recursos?
Atraer y retener talento es uno de los grandes desafíos de las empresas hoy en día. Tener un modelo coherente de visión, misión, estrategia y operativa en la empresa orientado hacia la sostenibilidad facilita contar con los mejores profesionales del sector que buscan dar sentido a su actividad laboral.
¿A dónde nos va a llevar esta revolución sostenible en los próximos 5-10 años?
La pandemia de la Covid-19 ha supuesto una inyección de sentido de vulnerabilidad y nos ha dado una buena dosis de humildad y concienciación en relación a la responsabilidad que tenemos todos en el bienestar de las personas y en la preservación del planeta. Pienso que la recuperación post-Covid va a estar alineada con la revolución sostenible de la que hablábamos.
Todo el movimiento B Corp que lideran muchos changemakers que quieren cambiar el mundo y ser parte de la solución a todos estos desafíos nos demuestra que las empresas pueden resolver problemas sociales. Además, contamos con soluciones digitales –estamos inmersos en la Industria 4.0– que facilitan la transición digital de cualquier negocio. Son tendencias que han venido para quedarse, que ya están marcando la diferencia entre empresas y que se irán implantando a un ritmo cada vez más vertiginoso. En definitiva, hay ganas de cambiar el mundo, tenemos recursos para hacerlo. Por tanto, no hay excusas para no actuar.