Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas son una guía para la cooperación al desarrollo internacional que dota de un marco conceptual y de contenido la Agenda Global de Desarrollo 2030. Esta Agenda, aprobada en la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2015 por los 193 estados miembros, tiene como objetivo trazar un plan de acción de desarrollo sostenible donde se tengan en cuenta aspectos sociales, económicos, medioambientales y globales.
Los ODS reemplazan desde 2015 a los Objetivos del Milenio, que fueron los que sentaron el primer precedente para dar forma a una visión mundial común en la lucha contra las diversas formas de pobreza. La principal novedad de la Agenda 2030 respecto a los Objetivos del Milenio fue la inclusión del concepto ‘desarrollo sostenible’. Este concepto enfatiza la necesidad de revertir la degradación ecológica del planeta de una manera decente e inclusiva. Los Objetivos del Milenio no tuvieron en cuenta cuestiones ambientales específicas como, por ejemplo, las emisiones de gases de efecto invernadero, el acceso al agua potable limpia o la gestión de los recursos hídricos. Por primera vez, el sistema de desarrollo internacional trasciende la clásica y tóxica división del mundo entre países desarrollados y países en vías de desarrollo. En el marco de los ODS, todos los países están en vías de desarrollo.
El enfoque de los ODS reivindica la necesidad de repensar la relación entre naturaleza y sociedad desde un punto de vista económico, incluyendo las dimensiones sociales, ambientales y económicas en los 17 objetivos y sus 169 indicadores para su monitoreo. Los objetivos se centran en el bienestar de las personas, la protección de les ecosistemas ecológicos, la prosperidad mediante el crecimiento económico y el desarrollo tecnológico, garantizar la paz y fomentar las alianzas para el desarrollo.
Aplicación de los ODS en las empresas
Todo esto está muy bien pero, ¿qué pueden aportan los ODS a las empresas? Su aplicación puede tener un impacto positivo en el desarrollo sostenible de las empresas y su entorno. En base a ello, podemos identificar cinco grandes ventajas.
La primera es que permite reorientar la priorización estratégica de la organización en torno a retos globales de gran consenso, conocidos por un amplio espectro de los grupos de interés y con gran trascendencia. Permite identificar tendencias y priorizar de forma estratégica la sostenibilidad como eje transformador y no meramente estético (a menudo muchas empresas se quedan cortas al delegar la gestión de la sostenibilidad sólo al área de Responsabilidad Social Corporativa).
En segundo lugar, representa la creación de oportunidades de negocio mediante la creación de valor en el proceso de desarrollo de soluciones a los retos planteados en los ODS. Asimismo, permite acceder a la inversión de impacto, un sector en auge a nivel mundial.
También se fomenta una mayor motivación, involucración y alineamiento con los grupos de interés. Los ODS buscan satisfacer las demandas y necesidades de la sociedad, por lo que las empresas tienen la oportunidad de reforzar el vínculo, atraer y retener talento, mejorar la comunicación y la confianza con sus actores.
En cuarto lugar, la adopción de los criterios de sostenibilidad que conllevan los ODS es una oportunidad para mejorar la eficiencia de la empresa en la gestión de recursos, la mitigación de riesgos y los procesos de innovación que requiere la transformación hacia la sostenibilidad.
Por último, la gestión que conlleva la adopción de los ODS es una oportunidad para mejorar la transparencia y rendición de cuentas. Esto se traduce en la implementación de sistemas de monitoreo y evaluación del impacto generado. Su publicación y comunicación abierta hacia los stakeholders y el público en general es una oportunidad para mejorar la reputación y el posicionamiento de la marca corporativa como agente de cambio económico, social y medio ambiental.
Dejar una huella positiva en la sociedad
Un buen ejemplo de ello es la empresa holandesa EMMA Safety Shoes, cuyo propósito es “vamos a dejar una huella positiva”. La empresa prioriza el Objetivo 8 relacionado con el trabajo decente y crecimiento económico, el Objetivo 9 vinculado con la industria, innovación e infraestructura y el Objetivo 12, que tiene que ver con el consumo y producción responsables. En cuanto al 9, han desarrollado cuatro ejes estratégicos para conseguirlo: el uso de tecnologías y procesos respetuosos con el medio ambiente, la mejora de la innovación y capacidades tecnológicas, especialmente en los países menos desarrollados, la logística de devolución y, por último, un entorno de producción sostenible.
La empresa mide su progreso con cuatro indicadores de desempeño claves: el porcentaje de modelos de zapatos circulares, los residuos generados por pares de zapatos, el retorno social de la inversión por horas trabajadas y la electricidad empleada para producir cada par de zapatos. La implementación de los ODS como parte del core estratégico de la organización les ha permitido llegar a ser la primera empresa en el sector del calzado industrial de seguridad que produce y comercializa zapatos 100% reciclados, a nivel mundial.
4 claves para aplicar los ODS en la empresa
Ahora bien, ¿puede cualquier empresa empezar a aplicar los ODS? En realidad se necesitan unos requisitos de base para una correcta y eficiente implementación:
En primer lugar, un compromiso y liderazgo auténtico por parte del comité directivo. A esto, cabría añadir una visión a largo plazo y conciencia de impacto holístico y, también, asignar recursos financieros para la innovación sostenible. Un cuarto aspecto a tener en cuenta es el cambio cultural profundo que implicaría, es decir, la gestión constante del cambio organizativo para la adaptación de la empresa a un nuevo rol como agente social y ambiental que también genera riqueza. Como decía el gran Peter Drucker, la cultura se come a la estrategia para desayunar.
Post escrito por el Dr. Josep Maria Coll, Profesor Asociado de EADA Business School.