Emma de Llanos: “El título es importante pero más el aprendizaje”
¿Quieres aprender o simplemente formarte? Aunque parece que hablemos de lo mismo, en realidad, son dos conceptos diferentes. Desgraciadamente lo primero se puede producir sin lo segundo, lo que nos preocupa, y mucho, a los que sentimos la educación como vocación.
Hemos pasado muchos años pensando que una forma de alimentar el CV y diferenciarnos de los demás “competidores” en el mercado de trabajo era disponer de títulos académicos (de mayor o menor solvencia) que acreditasen nuestro perfil. ¿O acaso no reconocemos la obsesión por la Titulitis existente (también ahora) tanto en empleadores como empleados?
Me muestro escéptica cuando la formación se recibe sin el más mínimo interés personal por mejorar o cambiar. Del mismo modo, soy muy crítica cuando esta formación se ofrece desde el desconocimiento real de los intereses, motivaciones y/o necesidades individuales de quién ha apostado por formarse. Sinceramente, me preocupa cuando determinados agentes y actores del sector de la educación ejecutiva, lejos de vocación pedagógica, hacen visibles intereses puramente económicos apostando más por la cantidad que por la calidad.
Creo en la formación pero creo mucho más en la capacidad y necesidad que tenemos todos de aprender. En el actual entorno VUCA –Volatile, Uncertain, Complex, Ambiguous– sobrevivirán aquellas empresas que sean flexibles y tengan capacidad de innovar, cambiar y, en definitiva, capacidad de aprender. ¿Qué son las organizaciones sino personas?
Agentes de cambio
Si como profesionales queremos estar preparados para dar respuesta a los retos que tenemos por delante y, además, queremos ser auténticos agentes de cambio, tenemos que empezar por nosotros mismos. Partir de la disposición adecuada para ser parte activa del propio proceso de crecimiento, tener la mente abierta y la humildad para enriquecernos del aprendizaje cruzado con otros profesionales y, ser capaces de aprovechar al máximo las diferentes experiencias y oportunidades que nos brindará el entorno… Todos estos aspectos conforman la Actitud necesaria para ser considerados talento en mayúsculas en una organización.
Hoy podemos aportar valor a muchos proyectos, puestos de trabajo y sectores, pero para ello es necesario conocernos más y mejor
“Hacer carrera” ya no pasa por un crecimiento exclusivamente vertical en la línea jerárquica de una organización (por cierto, cada vez más matricial, plana, abierta). Hoy en día podemos aportar valor a muchos otros proyectos, puestos de trabajo e incluso sectores a los que hasta ahora ni nos hemos acercado. Pero para que esto suceda, para poder aprovechar al máximo las oportunidades de desarrollo que nos brindará un entorno tan cambiante, el primer paso es conocerse más y mejor.
Reconocer cuál es el punto de partida y qué nos gustaría conseguir es imprescindible para identificar los objetivos de aprendizaje que esperamos de la formación. Sin visión no hay camino; y sin objetivos de aprendizaje no hay buena decisión.
Formarnos, ¿dónde?
Y esta es, sin duda, la primera conversación y punto de contacto que deberíamos tener con la institución a quien queremos confiar una decisión tan importante como el propio desarrollo. Recibir asesoramiento, consejo y una admisión certera que asegure claramente el retorno de la inversión en tiempo, esfuerzo y dinero, por supuesto. Conversaciones reducidas a titulación y descuento desnaturalizan uno de los momentos clave de una decisión que seguramente entonces será equivocada.
¿Y una vez hemos decidido realizar una determinada formación? Es el gran momento de la verdad. De forma directa hemos apostado por una determinada institución que es la que avala no sólo la calidad de la formación, sino que ésta suponga para cada uno de nosotros una experiencia real de transformación personal, es decir, de aprendizaje. No sólo compramos un programa, compramos todos los servicios y beneficios de una marca.
Executive Education en EADA
Dando por supuesta la disposición personal a aprender por parte del propio candidato y, una vez realizado el proceso de asesoramiento y admisión, desde EADA sentimos la responsabilidad de hacer posible el lema que nos identifica: Where Business People Grow.
Nuestra vocación desde hace 60 años es poner al participante en el centro del modelo pedagógico. ¿Qué significa esto? Utilizar diferentes metodologías y recursos pedagógicos dependiendo de los objetivos de aprendizaje, generar dinámicas en base al trabajo en grupos reducidos que facilitan el intercambio entre profesionales con experiencia similar, oportunidad de participar en módulos específicos de liderazgo y desarrollo de habilidades profesionales en todos nuestros masters, postgrados y diplomaturas.
La vocación de EADA durante sus 60 años de historia es poner al participante en el centro del modelo pedagógico
En definitiva, poner al participante en el centro es también contar con un conjunto de profesionales como tutores, profesores, directores de programa, Executive coaches, asesores de carrera, compañeros de clase, etc. Todos ellos crean un entorno “seguro” para poder experimentar y entrenar la toma decisiones además de, por supuesto, poder compartir dudas, proyectos, ilusiones, retos.
Como profesora directora de Executive Education de EADA, puedo decir que es un auténtico lujo ser testigo (y parte) de tantos y tantos procesos de aprendizaje y de cambio. Tantos como participantes pasan por nuestras aulas. Y esto es posible porque formación y aprendizaje van de la mano, confluyen. Título sí, y aprendizaje también.