Generación 1.0 (2009-2012):
Las empresas tecnológicas desarrollaban soluciones muy innovadoras para las grandes multinacionales que las vendían al sector público. “El problema era que el futuro de las ciudades estaba en manos del sector privado y, por tanto, no se implicaba a la ciudadanía en los proyectos municipales”, asegura Boyd Cohen.
Generación 2.0 (2012-2014):
Las ciudades tomaron la iniciativa de identificar la tecnología que requerían para ser más inteligentes. Es decir, “no esperan a que las grandes empresas les vendan sus soluciones”, apunta Cohen. De ahí, continúa, “que en este periodo las licitaciones con varias empresas para implementar sensores en diferentes partes de la ciudad”.
Generación 3.0 (A partir de 2015):
Es la fase en la que la ciudadanía cocrea soluciones (tecnológicas y no tecnológicas) juntamente con emprendedores locales, empresas, universidades y gobierno municipal. “Barcelona es un buen ejemplo de 3.0 ya que está impulsando proyectos de innovación barrio por barrio junto a los ciudadanos”. Y añade: “El objetivo principal es involucrar a la ciudadanía en acciones que mejoren su calidad de vida”. Según Boyd, “es positivo que convivan las dos generaciones últimas, pues el desarrollo de tecnología puntera por parte de las multinacionales fomenta el emprendimiento local”. En cambio, “es un error estancarse en la segunda generación porque la participación ciudadana es la base de la transformación en smart cities”.
Original: EADAView 28