Una gestión eficiente y eficaz de las Operaciones representa una ventaja competitiva para las empresas

Entrevista a Àlex Grasas, profesor de Operaciones en el Departamento de Marketing, Operaciones y Supply de EADA

Reducir costes, mejorar la productividad, optimizar procesos, añadir valor al cliente, prever cambios inesperados del mercado… Estos son los objetivos que ha perseguido el profesor Àlex Grasas en las investigaciones que ha llevado a cabo en el ámbito de la salud y de la distribución donde ha utilizado varias técnicas de Operations Research.

>> En los proyectos de investigación en los que has participado, ¿cómo has resuelto el conflicto entre eficiencia y eficacia al que suele enfrentarse un Operations manager?

Cada caso es diferente, pero en todos ellos el principal reto ha sido buscar un equilibrio entre eficiencia y eficacia, es decir, optimizar procesos y reducir costes pero, al mismo tiempo, cumplir como empresa lo que se ha prometido al cliente. Tenemos unos recursos que son limitados con los que tenemos que hacer las cosas de la mejor manera posible.

La optimización de la distribución se ha vuelto prioritaria debido a la globalización y a las nuevas exigencias de los clientes

>> Desde el punto de vista de Operaciones y Supply Chain Management, ¿cuál crees que ha sido el impacto de las nuevas tecnologías de la información en las empresas?

Al tener más datos y más herramientas para interpretarlos, las empresas pueden tomar decisiones más acertadas y hacer predicciones de futuro más precisas. Sin duda, las mejores decisiones nos acercan a la excelencia operativa reduciendo costes, obteniendo más beneficios y aumentando la satisfacción del cliente. Por ejemplo, se puede mejorar la gestión de la logística de la última milla ya que las organizaciones pueden disponer en tiempo real de la localización de cada uno de los vehículos de sus flotas, del tráfico y de los tiempos de cada ruta. También existe tecnología para hacer las entregas más rápidas, sin papeleo y con menos errores.

Las empresas tienen más datos para tomar decisiones más acertadas y hacer predicciones de futuro más precisas

>> Esta excelencia operativa la podemos extrapolar al sector público y, más concretamente, al área de salud, cuyo reto pasa por ofrecer servicios de máxima calidad con los mínimos recursos. ¿Qué aporta el área de Operaciones para mejorar los procesos en este ámbito?

Muchos problemas del sector salud pueden ser abordados mediante herramientas de Operations Research típicamente utilizadas en el sector industrial. Un buen ejemplo es el proyecto de investigación en el que participé para que dos importantes laboratorios de Cataluña redujeran el tiempo de recogida de muestras de sangre de hospitales y centros médicos. Lo que hicimos fue introducir un algoritmo para encontrar las rutas más económicas que cumplieran además el plazo máximo de dos horas desde que se obtiene la muestra hasta que se lleva al laboratorio para su análisis. Como resultado, conseguimos reducir los costes logísticos entre un 20% y un 30% garantizando la calidad de las muestras. Para llegar hasta aquí necesitamos datos. Lo primero, localizar los centros de recogida. Luego, planificar las rutas sabiendo qué demanda podíamos esperar. Y posteriormente hacer un balance entre coste y servicio en base a todos los datos analizados.

>> Las mismas técnicas de Operations Research que aplicasteis para reducir costes y tiempo en la recogida de muestras de sangre las habéis empleado también en el ámbito de la distribución. Explícanos el caso.

Con el objetivo de optimizar los procesos de distribución de una compañía española que abastecía una cadena de 400 tiendas repartidas por todo el territorio español, estudiamos cuáles eran las rutas más rápidas y los vehículos más adecuados para minimizar las distancias, reducir costes y mejorar la calidad de los servicios. Fue así como digitalizamos la planificación de rutas e introdujimos un algoritmo de rutas de vehículos que comportó un ahorro del 10% de costes en transporte, unos 10.000 euros por semana. Para ello, analizamos aspectos como el número de vehículos disponibles, los que podían acceder a núcleos urbanos y los que por su tamaño no podían, posibles eventualidades que obligaban a cambiar la ruta e incluso si los conductores excedían las 8 horas laborales.

>> Parece que la optimización de la distribución se ha vuelto prioritaria para cualquier compañía.

Exacto. Ello se debe a varios factores. El primero y más importante es la globalización. En un mundo cada vez más globalizado consumimos muchos productos cuyo origen suele estar en el otro lado del planeta. Ello requiere que cada vez se muevan más mercancías de un lugar a otro. El segundo está relacionado con los hábitos de consumo: queremos tener una amplia variedad de productos disponibles y encima queremos que nos los traigan a casa. Esto complica las operaciones logísticas que las empresas llevan a cabo, aumentando el número de desplazamientos y disminuyendo el volumen de su carga. Por último, el auge del ecommerce, que ha contribuido sustancialmente a esta causa. Todo ello ha hecho que el transporte sea el responsable del 23% de las emisiones globales de CO2, y que la distribución en grandes ciudades empiece a ser un problema serio para las administraciones.

Muchos problemas del sector salud pueden ser abordados mediante herramientas de Operations Research utilizadas en el sector industrial

>> También has participado en un proyecto de investigación para el Banc de Sang i Teixits de Catalunya y el Hospital Clínic de Barcelona para estudiar el impacto que tendría reducir la vida útil de los inventarios de sangre de los hospitales de 42 a 35 días.

Sí, así es. La sangre que se utiliza para las transfusiones tiene una vida útil de 42 días. Sin embargo, algunos estudios alertan que a partir de los 35 días empeora su calidad llegando a provocar reacciones adversas en los pacientes a los que se hace una transfusión. Por ello, quisimos evaluar qué impacto tendría reducir en 7 días la vida útil de los inventarios de sangre que almacenan los hospitales para las transfusiones. Principalmente, queríamos ver cómo afectaba esta reducción al posible desabastecimiento y/o caducidad de sangre, es decir, que no se desperdiciara sangre pero que tampoco faltara. En base a estas dos variables, diseñamos un modelo de simulación que recreaba lo que podría pasar día a día durante un periodo largo de tiempo: cuántas donaciones de sangre se preveían, las diversas tipologías de sangre de que dispondríamos, dónde se repartirían, etc. A este modelo le añadimos también posibles disrupciones que podrían hacer disminuir el porcentaje de donaciones, como sería una posible pandemia de gripe. La conclusión del estudio fue que el sistema de inventario del Banc de Sang i Teixits podría perfectamente trabajar bajo una vida útil de la sangre de 35 días, sin que ello afectase la disponibilidad de sangre en los hospitales.

>> ¿La optimización de procesos seguirá siendo una constante en los próximos años?

Sin duda, porque como se ha demostrado, una buena gestión basada en ese equilibrio entre eficiencia y eficacia representa una ventaja competitiva importante para las empresas de cualquier tamaño y sector.

 

Original: EADAView 27