La importancia de los activos intangibles en la empresa

“Los recursos intangibles pueden considerarse, respecto a los activos tangibles, una fuente superior de ventaja competitiva para la empresa”

Aunque los activos de producción son tangibles, los procesos necesarios para utilizar estos activos son intangibles. El conocimiento, la confianza entre empleados, la capacidad de gestionar nuevas situaciones, las rutinas organizacionales –las formas en que las personas trabajan juntas, las capacidades científicas, la capacidad de innovación, la marca y la reputación de la firma por sus productos o servicios y cómo interactúa con la gente –empleados, clientes y proveedores– son recursos intangibles de la organización.

Los recursos intangibles pueden considerarse, respecto a los activos tangibles, una fuente superior de ventaja competitiva para la empresa. Los recursos intangibles están enraizados en la historia de la organización o el espíritu de los fundadores, y se han estado desarrollando a través del tiempo por lo que son muy difíciles imitar por los competidores. Adicionalmente, los recursos intangibles son menos visibles, más difíciles comprender, de comprar, imitar o sustituir por los competidores, y por tanto producen una ventaja competitiva más sostenible. Otra ventaja de los recursos intangibles respecto a los tangibles es que, a diferencia de estos, su uso no es excluyente, una máquina que es utilizada para una determinada función no puede ser utilizada para otra, mientras que, por ejemplo, el intercambio de conocimientos entre los empleados no solo no disminuye su valor para ninguno de ellos, sino que al contrario, dos personas que comparten su conocimiento lo pueden aprovechar para crear conocimiento adicional que contribuye a mejorar el rendimiento de la empresa.

Dicho esto, los activos intangibles presentan algunas dificultades específicas a la hora de ser gestionados. La valoración de estos activos y por tanto, cualquier medida de su rentabilidad resulta especialmente complicada. Para empezar, estos activos intangibles pueden tener diferentes valores para diferentes personas, mientras que una mina de oro seria igual de valiosa para cualquier empresa ya que puede ser vendida en última instancia a una empresa minera si fuese necesario, un equipo de investigación en células fotovoltaicas tendrá mucho más valor para un fabricante de paneles solares que para una cadena de supermercados. Otra dificultad en su valoración, es que los activos intangibles normalmente no tienen valor de manera aisladao independiente, y es necesario que los combinemos con otros activos para que puedan generar valor. El mismo equipo de investigación en células fotovoltaicas del ejemplo anterior no tendrá valor ni siquiera para la empresa de paneles solares si no les dotamos de un laboratorio, sistemas de gestión de la información u otros medios necesarios para llevar a cabo sus investigaciones. Finalmente, los recursos intangibles raramente impactan los resultados financieros de manera directa, sino que lo hacen a través de complejas cadenas causa-efecto. La formación de los trabajadores debería resultar en, por ejemplo, mejores procesos que produjeran una mejor atención al cliente, esta resultaría en mayor lealtad de los clientes que aumentará las ventas y finalmente los beneficios de la organización. Pero este proceso resulta largo y difuso.

Los activos intangibles normalmente no tienen valor de manera aisladao independiente, y es necesario que los combinemos con otros activos para que puedan generar valor

Todas estas circunstancias dificultan enormemente la valoración de activos intangibles, pero nos indican el tipo de evaluación que debemos hacer, el valor de estos activos está integrado y se hace en base a la estrategia de la empresa. Nuestro equipo de investigación en células fotovoltaicas no tiene valor si no es el derivado de la estrategia de la organización en la que realiza su trabajo. Lo que si podremos valorar es si los investigadores están bien formados y motivados para perseguir un determinado objetivo. Por tanto, podemos concluir que medir el valor de activos intangibles consiste en realidad en evaluar de qué modo están de alineados con los objetivos estratégicos de la organización. El valor estratégico para una organización de un terminado activo intangibles depende de en qué medida son capaces contribuir al desarrollo de los procesos internos críticos para la estrategia del negocio.