Eric Viardot: “Las empresas que no adapten su modelo de negocio al entorno online desaparecerán”
El impacto que está causando la tecnología en los modelos de negocio de las empresas ha sido tan importante como lo fue la democratización de Internet. Lo que se predicaba al principio de los años 2000 se ha realizado en los últimos años de la década y ahora no conozco un negocio que dude sobre la necesidad o no de tener una oferta online. Todas las empresas, incluso las pymes, han modificado su modelo de negocio en base a esta nueva realidad. Actualmente, el auge de la tecnología continúa con el desarrollo de las herramientas portátiles, que va mucho más allá de los teléfonos y la nube.
La tecnología requiere una estrategia de negocio suplementaria que hay que añadir al modelo de negocio tradicional. Si hablamos de estrategia debemos tener en cuenta que la tecnología es uno de los cuatro pilares fundamentales de una empresa, además del capital, los empleados y la información. El reto estratégico pasa por enfocarse en estos cuatro ejes para desarrollar nuevas competencias como, por ejemplo, gestionar montones de datos –Big Data–. Se trata, en definitiva, de ofrecer una mejor propuesta de valor al cliente y tener una ventaja competitiva más fuerte y sostenible.
La comunicación en la era digital
El papel de la comunicación ha cambiado drásticamente con la democratización de los móviles y el desarrollo de las redes sociales. Hoy para existir hay que estar en el entorno online, que es donde se encuentran los clientes –tanto los reales como los potenciales–. Las empresas que no adapten su modelo de negocio al entorno online desaparecerán.
Los modelos de negocio más exitosos que he visto son los que están centrados en el cliente, los que tienen integración vertical que permite un mejor control de las operaciones. Pero también lo son aquellos que invierten en innovación y tienen una visión más a largo plazo, es decir, los que buscan la scalability del modelo de negocio para tener una masa crítica rápidamente-. Ikea, Inditex, Apple, McDonald’s o ING Direct son algunos ejemplos conocidos.
Los modelos de negocio más exitosos son los que están centrados en el cliente, invierten en innovación y son escalables
Situación económica de España
Como especialista en economía y viviendo aquí desde hace cinco años, veo que la situación económica está mejorando mucho. Desde 2014 los datos macroeconómicos son más positivos y parece que se empieza a rotar más a nivel microeconómico. Las empresas locales tienen más actividad y parece que los consumidores gastan un poco más. Pero todavía quedan muchos retos pendientes, especialmente la reducción de la tasa de desempleo y la integración de los jóvenes en la vida laboral.
La innovación y la formación son dos retos importantes para el futuro de la economía de España a largo plazo
Uno de mis mayores temores es que no hemos aprendido tanto de la última crisis del ladrillo. La economía española no se ha diversificado tanto y no ha invertido lo suficiente para salir de su industria tradicional y desarrollar un modelo productivo con más valor añadido. En este sentido, la innovación y la formación son dos retos importantes para el futuro de la economía de España a largo plazo.
El rol de la sostenibilidad, la ética y la RSC
En esta coyuntura económica adversa los factores éticos o de sostenibilidad pasan a un segundo plano. Muchos países se plantean estas cuestiones a largo plazo: no son una prioridad ni para los políticos ni para los ciudadanos. Y es que cuando tienes menos poder adquisitivo o estás desempleado, el futuro del planeta o la desigualdad social pasan a un segundo plano, excepto si tienes 20 años. Además, aunque se han hecho muchos recortes en políticas sociales, el nivel de cobertura social en la mayoría de los países europeos hoy es mucho mejor que lo que se puede encontrar en otros países del mundo, incluido Estados Unidos.
El gasto social, aun habiendo disminuido, ha contribuido a amortizar el impacto económico de la crisis financiera de 2009-2010 en Europa. Pero el envejecimiento de la población sigue siendo uno de los principales desafíos para todos los países, lo que obliga a las empresas a adaptar sus modelos de negocio a este nuevo contexto. Y esto supone más cambios, algo que no gusta a los ciudadanos.