Be Finance Day: ¿Cómo buscar financiación sin recurrir a los bancos?
Be Finance Day abordará las alternativas financieras a las que pueden recurrir las organizaciones para hacer crecer sus proyectos. Y es que durante la crisis económica se ha restringido la financiación bancaria, reduciendo la cantidad de crédito disponible y endureciendo las condiciones para su obtención. Por este motivo, cualquier empresa, tanto startups o microempresas como si pymes, recurre a otras fuentes de financiación, públicas o privadas, para impulsar una iniciativa empresarial nueva o para seguir creciendo.
Principales problemas de financiación
En este contexto, “la aprobación de operaciones de préstamo, líneas de crédito u otros instrumentos de financiación por parte de las entidades financieras depende cada vez más de la aportación de garantías adicionales, en forma de avales o garantías personales”, explica Bárbara Muñoz, profesora asociada de EADA especializada en Estrategia, Modelos de negocio y Financiación empresarial y ponente de la conferencia de Be Finance Day Estrategias para financiar mi proyecto. En su opinión, “estas dificultades han generado una nueva y floreciente industria financiera que pretende ocupar el mercado que han dejado desatendido las entidades bancarias, convirtiéndose en alternativas de financiación para todo tipo de proyectos”.
Otro condicionante que obliga a las empresas a buscar nuevas vías de financiación son los diferenciales que aplica la banca, “los cuales encarecen cualquier iniciativa empresarial y, por tanto, restan competitividad frente a otras organizaciones europeas que suelen financiarse a tipos muchos menores”, apunta Muñoz.
En esta línea, el otro ponente de la conferencia de Be Finance Day, Daniel Wuhl, que es también profesor asociado de EADA en la misma área que Bárbara, asegura que “un factor que explica estos enormes spreads que obtienen las entidades financieras es el de la percepción del riesgo que tienen sobre este tipo de financiación”. Según dice, “la ven con reticencia, incertidumbre y cierta dosis de precaución, porque la situación económica en general no es sólida ni sostenida”.
Las empresas piensan a corto plazo, en sobrevivir y aguantar el temporal, dejando de lado las potenciales nuevas opciones de negocio y oportunidades
¿Cuáles son las consecuencias de esta situación? Según Bárbara Muñoz, “estas restricciones crediticias han afectado sobre todo a las inversiones, ya sea para la renovación de inmovilizados, mejoras o nuevos proyectos”. Además, continúa, “todo ello ha contribuido a que las empresas piensen a corto plazo, en sobrevivir y aguantar el temporal, dejando de lado el futuro y las potenciales nuevas opciones de negocio y oportunidades”. Para Daniel Whul, “una de las principales consecuencias es la reducción de la estructura de las organizaciones en todos los sentidos, incluyendo la eliminación de puestos de trabajo, lo que ha redundado en un agravamiento de la situación económica”. Como explica, “a mayores tasas de desempleo, menos consumo y un mayor crecimiento exponencial de la morosidad hipotecaria que ha llevado a endurecer las condiciones de acceso al crédito, lo que de nuevo redunda en las propias empresas”.
Alternativas financieras según tipología de empresa
Hay varias vías de financiación según la etapa en que se encuentra la empresa. Así, según Bárbara Muñoz, en fases iniciales se puede optar por inyecciones de capital o préstamos procedentes de inversores privados –business angels, venture capital, préstamos participativos, etc. – así como de instituciones públicas y de plataformas online de crowdfunding –donde personas físicas o jurídicas pueden ayudar o invertir en proyectos mediante donativos, recompensas, participación de capital o préstamos–.
En el caso de las “primerísimas etapas” de una startup o microempresa podríamos hablar, según Daniel Wuhl, del capital semilla que aportan las incubadoras y las aceleradoras de empresas y, en algunos casos, business angels. En su opinión, “estas entidades ofrecen la posibilidad a los impulsores del proyecto de contar con los recursos iniciales necesarios a partir de un buen y sólido plan de negocio y, también, acostumbran a acompañarlos ofreciéndoles asesoramiento, instalaciones o acceso a redes de inversores”. Y añade: “Desgraciadamente, esta financiación inicial debería estar más extendida y contar también con recursos públicos, puesto que las buenas ideas comportan una buena tecnología, además de cambios sustantivos en productos o servicios, nuevos modelos de negocio, innovaciones disruptivas y la creación de puestos de trabajo de alto valor añadido. Todo esto se queda en el camino por falta de recursos y por no querer asumir los riesgos que conlleva”.
Por otra parte, para las empresas que ya están en marcha, los ponentes recomiendan otra tipología de préstamos o aportaciones de capital del sector privado o público –venture lending, private equity, etc.–. “Estas alternativas están más enfocadas al crecimiento, consolidación, expansión o internacionalización del negocio, lo que significa que tienen requerimientos mayores de la cuantía a financiar y un menor nivel de riesgo”. Otras opciones a las que pueden optar estas empresas que ya están en funcionamiento son “el descuento de facturas si recurso, un facturing no bancario o la salida a bolsa a través del MAB”.