María José Pujol y Kika Sauquet: “Medimos nuestra rentabilidad en términos sociales”
A raíz de la crisis económica y del aumento de desigualdades sociales, cada vez son más los emprendedores que se decantan por negocios sociales orientados a colectivos desfavorecidos como, por ejemplo, personas con escasos recursos económicos, con discapacidad o sin acceso a los bienes más básicos.
Muchos de ellos siguen los pasos de otros emprendedores que años atrás demostraron que la actividad empresarial no está reñida con el compromiso social. Todo lo contrario, pues constataron que las empresas pueden provocar un cambio social creando un valor añadido que escapa de lo puramente económico. En este grupo se encuentran María José Pujol y Kika Sauquet, dos Alumni de EADA –la primera realizó un MBA y la segunda un programa de Gestión en Recursos Humanos– que mucho antes de la crisis crearon la empresa Icaria Iniciatives Socials, una entidad sin ánimo de lucro cuyo objetivo es la integración social y laboral de niños y adultos con discapacidad intelectual.
Los emprendedores sociales de hoy siguen los pasos de tantos otros que iniciaron su andadura en este ámbito hace varias décadas demostrando que las empresas pueden provocar cambios sociales
En la siguiente entrevista María José y Kika nos explican su experiencia en este ámbito y los retos conseguidos y los que les quedan por cumplir.
¿A partir de qué necesidad social se creó Icaria Iniciatives Socials?
María José Pujol (M.J.P.): Aunque la empresa como tal se creó en 1992, los inicios se remontan a 1976 cuando yo trabajaba en una escuela de Barcelona y detecté que algunos alumnos con problemas de aprendizaje no encontraban plaza escolar. Y, además, que los que conseguían entrar tenían serias dificultades para acceder al mercado laboral. Así fue como junto a otros profesores –Pepe, Víctor y Elvira– abrimos la Escuela de Educación Especial Taiga. De esta manera, conseguimos dar continuidad al proyecto educativo de estos alumnos. Pero seguían teniendo problemas para acceder a un puesto de trabajo. Por eso creamos en 1992 el Centro Especial de Trabajo Icaria Artes Gráficas, donde les enseñamos a imprimir en serigrafía y les ponemos en contacto con empresas para que les contraten.
Kika Sauquet (K.S.): Pero entonces vimos que había un grupo de alumnos que no tenía suficientes competencias para poder trabajar. Fue así como dos años más tarde creamos el Centro Ocupacional Bogatell, donde seguimos atendiendo a jóvenes y adultos con más del 65% de discapacidad para realizar actividades de ajuste personal y terapia ocupacional. Este centro reúne todas las condiciones básicas para que los usuarios progresen consiguiendo un mayor nivel de independencia y mejorando su calidad de vida. Pero quisimos seguir progresando. Y fue así como surgió en 2004 Inout Hostel, un complejo turístico con restaurante abierto al público y alojamiento para más de 200 personas para proporcionar otra salida laboral a las personas con discapacidad intelectual de nuestra escuela Taiga. Todos estos centros se engloban en Icaria Iniciatives Socials, una sociedad anónima laboral sin ánimo de lucro.
¿Cuál es la tasa de paro entre las personas con alguna discapacidad y qué medidas hacen falta para disminuir este porcentaje?
M.J.P.: Según el INE, esta tasa es del 35% pero en el caso de personas con discapacidad intelectual llega a ser del 45%. Para combatirlo, una primera medida sería hacer cumplir la Ley de Integración Social del Minusválido (LISMI) de 1982, que establece para las empresas públicas y privadas con una plantilla superior a 50 trabajadores la obligación de contratar a un número de trabajadores con discapacidad no inferior al 2%.
K. S.: Yo a esto añadiría que las empresas lleven a la práctica la responsabilidad social mediante distintas actuaciones creativas. Por ejemplo, acciones de voluntariado corporativo o discriminación positiva en las compras de productos y servicios a otras entidades.
¿Los negocios sociales son rentables? ¿En qué medida pueden llegar a ser igual o incluso más competitivos que cualquier empresa mercantil?
M.J.P.: No vamos a hablar de rentabilidad económica porque nuestra misión y nuestra rentabilidad hay que medirla en términos sociales. Nosotros aportamos valor social.
¿Creéis que la RSE se toma cada vez más en serio en las empresas?
K.S.: Bueno, esto quizás deberían responderlo las propias organizaciones. Nosotras conocemos los casos concretos de las que colaboran con nosotros, además de con otras entidades sociales, y sí podemos afirmar que su implicación es absoluta.
M.J.P: Creo que hay una mayor sensibilización hacia las problemáticas sociales. Y eso se debe a que no se puede vivir de espaldas al mundo. Hay que ayudar a aquel que más lo necesita.
¿Cómo una organización puede saber si lo está haciendo bien o no en temas de RSE?
M.J.P.: Lo pueden saber comprobando si la inversión en acciones de RSE repercuten claramente en la mejora de la calidad de vida de las personas que más lo necesitan o de las entidades que contribuimos a que así sea.
Hace tres años impulsasteis el foro Business With Social Value (BWSV), que el pasado diciembre celebró su tercera edición y en el que colaboró EADA. ¿Cuáles son los principales retos de este certamen que contacta entidades sociales con empresas mercantiles?
K.S.: Este evento surgió también de una necesidad. Al recortarnos las subvenciones en todos los centros especiales de trabajo en casi un 25% vimos que era imposible mantener la plantilla de Icaria Artes Gráficas y de Inout Hotel. Solo teníamos una solución: facturar más, vender más. Por eso pensamos que las empresas mercantiles tenían que conocer los productos y servicios que ofrecen los centros especiales de trabajo. Así conseguiríamos dar visibilidad a la labor de estos centros y, a su vez, generar oportunidades de negocio con valor social. Nosotros lo que hemos hecho ha sido poner en contacto a empresas y centros sociales a través de sesiones de networking y entrevistas face-to-face preagendadas. El paso siguiente es trabajar los contactos que se establecen para lograr ventas.
¿Qué tipo de empresas se interesaron por la iniciativa?
M.J.P.: Al ofrecer una gran variedad de productos y servicios, las empresas compradoras que acudieron al foro procedían de todos los ámbitos, como industriales, hostelería, administración pública, servicios, alimentación o nuevas tecnologías, entre otros.
K.S.: Además, se han cerrado muchos acuerdos. Por ejemplo, nuestro Centro Especial de Trabajo Icaria Artes Gráficas ha aumentado su facturación un 27% gracias a este evento.
¿Qué retos de futuro os planteáis?
M.J.P.: Seguir cumpliendo nuestra misión de educar e integrar social y laboralmente a niños y adultos con discapacidad intelectual dentro de una entidad sin ánimo de lucro. Todos ellos requieren un apoyo que la sociedad no puede proporcionarles.
¿Qué conocimientos adquiridos en EADA habéis podido aplicar en estos años al frente de Icaria Iniciatives Socials?
M.J.P.: El MBA que realicé en EADA me permitió adquirir las habilidades directivas necesarias para asumir la dirección general de la entidad. Lo cierto es que hasta ese momento no tenía conocimientos sobre gestión empresarial. De hecho, soy licenciada en Filosofía y Letras y en Ciencias de la Educación.
K.S.: Yo en ese momento realicé un programa de Gestión en RR.HH. porque llevaba el área de RR.HH. en una entidad parecida a esta. Aunque hoy en día soy adjunta a dirección en Icaria Iniciatives Socials, los conocimientos que adquirí en EADA los he podido aplicar en cualquier ámbito de la empresa.
¿Qué le diríais a los estudiantes de EADA que estén finalizando un master y tengan intención de emprender un negocio a pesar de la coyuntura económica actual?
K.S.: Atravesamos un momento difícil. Pero en todos los momentos hay oportunidades. En todo caso, lo que es imprescindible para aprender es tener ilusión por un proyecto, hacer un estudio de mercado, asesorarse, buscar buenos partners y hacer un buen business plan.
M.J.P.: Yo les diría que después de hacer el business plan se lancen de lleno en su proyecto, pues trabajando con mucho tesón seguro que les funcionará.