¿Cómo puedo financiar mi empresa?

Francesc Xavier Olsina,
Profesor de Finanzas en EADA

El profesor Francesc Xavier Olsina es miembro de la comunidad de Finanzas de EADAAlumni.

El pasado 20 de noviembre la comunidad de Finanzas de EADAAlumni organizó una interesante mesa redonda sobre las distintas posibilidades y canales de financiación alas que pueden acceder pymes y autónomos.

El acto comenzó con la presentación y acercamiento a la temática por parte del profesor Rafael Sambola, director del Master en Dirección Financiera de EADA, quien alertó de la “excesiva dependencia que tienen las empresas españolas del crédito bancario”, que cuantificó en un 70%, un porcentaje muy alejado del 30% de Estados Unidos, por ejemplo. Sambola afirmó que “esta es la causa de la falta de recuperación de la economía española, pues la restricción del crédito bancario ha provocado el cierre de muchas empresas y las que han sobrevivido han visto limitadas sus posibilidades de crecimiento”.

España es uno de los países cuyas empresas tienen una mayor dependencia del crédito bancario, concretamente, un 70%, un porcentaje alejado del 30% de Estados Unidos

Ante esta situación, “muchas empiezan a contemplar alternativas de financiación complementaria, entre las que destaca el crowdlending, un capital privado aportado por inversores que sirve para financiar vía préstamos a las empresas”, afirmó. Y añadió, “Hay una plataforma en Internet en la que se incluyen las necesidades de financiación de las empresas y, por tanto, las posibles alternativas que tienen para invertir los prestamistas privados. A cambio, reciben un tipo de interés y la devolución del dinero en el tiempo pactado”.

Banca pública

Antoni Vallès, director comercial del Institut Català de Finances , explicó los principales instrumentos financieros que ofrece esta institución.

Tras esta introducción, varios expertos del sector financiero explicaron las propuestas de financiación a las que pueden optar pymes y autónomos. Uno de los primeros en intervenir fue Antoni Vallès, director comercial del Institut Català de Finances (ICF), una institución que incentiva la innovación y la internacionalización de las empresas y que ayuda a pymes y autónomos en sectores estratégicos –por ejemplo, entre 2011 y 2013 concedió financiación a más de 9.400 empresas, de las cuales el 98% eran pymes o autónomos, por un valor de más de 2.300 millones de euros–.

Vallès explicó los principales instrumentos financieros que ofrece el ICF: préstamos para circulante e inversión, así como préstamos participativos para socios para capitalizar la empresa; garantías y avales –tanto técnicos como económicos- en colaboración con SGR Avalis; y capital riesgo –capital-semilla, coinversión con business angels vía préstamos participativos, etc.–.

La opción del crowdlending

Por su parte, Josep Nebot, socio fundador de Arboribus, centró su ponencia en la alternativa del crowdlending. Según afirmó, “su objetivo es poner en contacto a demandantes de crédito para proyectos de inversión con entes –empresas o particulares– dispuestos a asumir un riesgo controlado mediante la intervención de una plataforma web que permite hacer préstamos directos sin pasar por una entidad financiera”. En definitiva, argumentó, “en la plataforma, una vez estudiada la conveniencia del proyecto, el demandante indica el importe, los plazos y el oferente escoge, de entre los proyectos presentados, aquél que por precio y características más le encaja con su perfil de riesgo”.

Como explicó Nebot, en la actualidad los préstamos tienen las siguientes características: el importe es de hasta 100.000 euros, el plazo de 1 a 36 meses, el pago mensual de cuotas, y sin carencia. El tipo medio de interés de los préstamos gestionados es muy variable, aunque la media se mueve entre el 6% y el 10% –más de la mitad de las operaciones se han cerrado a un tipo cercano al 8%, y casi la mitad de las operaciones con importes medios de 3.000 euros a 20.000 euros–.

El crowdlending es una fórmula al alza por poner en contacto a demandantes de crédito para proyectos de inversión con empresas o particulares dispuestos a asumir un riesgo controlado mediante la intervención de una plataforma web que permite hacer préstamos directos sin pasar por una entidad financiera

Josep Nebot, socio fundador de Arboribus, explicó las ventajas del crowdlending, una opción cada vez más valorada por pymes y autónomos.

En cuanto a las ventajas que presenta el crowdlending con respecto al préstamo tradicional, el socio fundador de Arboribus destacó las siguientes: “Es cómodo, no aparece en el CIRBE, es discreto y carece de gastos de formalización y de comisiones (estudio, gestión)”. En su opinión, “en la mayoría de casos se necesitaría aportar alguna clase de garantía, aunque se han presentado muy pocas incidencias por morosidad hasta el momento”.

Se trata, por tanto, de una alternativa atractiva para determinados perfiles de demandantes, como son pymes y autónomos, a los que la banca tradicional deniega las operaciones o bien solicita unas condiciones más exigentes. Se prevé que el sistema crowdlending, debido a las limitaciones al acceso de crédito y a la mejora y rapidez de las comunicaciones y de las plataformas informáticas, crezca muy rápidamente. De hecho, ya hay más de 500 plataformas de esta fórmula en el mundo, con tendencia al alza.

Banca tradicional

Finalmente, Iván Plaza, director de Inversiones de BS Capital en Banc Sabadell, presentó el programa BStartup de esta entidad bancaria. Se trata de una iniciativa para facilitar financiación bancaria, principalmente al sector de las nuevas tecnologías, a través de las 71 oficinas BStartup en España. Durante todo este año se han concedido a través del programa préstamos a 469 start-ups por más de 28 millones de euros. Para ello, se ha hecho un análisis muy depurado y exhaustivo de cada uno de los proyectos dado el alto componente de complejidad tecnológica de los mismos, en subsectores de actividad como eCommerce, aplicaciones móviles, Big Data, cloud o plataformas sociales.

Según Plaza, “se trata de una financiación más cercana a la tradicional aunque con el matiz de dirigirse exclusivamente a proyectos que pueden ser más arriesgados”. Aunque, obviamente, en ellos también se requieren distintos grados de aportación y garantías.