David Román, profesor de marketing de EADA
En la actualidad, la penetración de teléfonos móviles en España es del 95%, según datos de la Organización Nacional de Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información y, de ellos, más de dos tercios son smartphones. Estos teléfonos inteligentes, con numerosas utilidades que los convierten en un pequeño ordenador de bolsillo, se ponen al servicio de empresas fabricantes, comerciantes y, por supuesto, consumidores, cambiando los patrones de compra tradicionales.
Según un estudio de PayPal e Ipsos Consulting de febrero de 2014, los móviles supondrán el 33% del total del comercio electrónico. No hay que olvidar que en 2012, según la misma fuente, no suponían más del 9%. La demanda está aquí y está claro el porqué. Necesitamos acceder a la información rápido, mientras vamos andando y nos surgen preguntas o necesidades a satisfacer. Está claro que somos sociales, que nos movemos, que estamos ansiosos de conocimiento y nos gusta compartirlo, y los smartphones ofrecen al instante y en cualquier momento la ‘sabiduría’ y la socialización 2.0 mientras paseamos o vamos de compras de manera tradicional.
Tener un acceso inmediato a la información genera a los comercios la oportunidad de conectar con los consumidores de forma inmediata y actualizada y, lo que es aún más novedoso, de manera interactiva, al poder relacionarse con los consumidores potenciales al momento o personalizar una oferta en función de su patrón de comportamiento pasado. Y esto no es únicamente patrimonio de los grandes comercios, sino que la posibilidad de ubicar a los consumidores en un espacio determinado permite que los comercios locales tengan acceso a herramientas que busquen la proximidad de un posible comprador a través de la localización geográfica.
“Los comercios locales pueden acceder a herramientas que les acercan a compradores potenciales”
Además, el uso de tecnologías específicas (o casi específicas) para su utilización a través de dispositivos móviles, en los que la ‘navegación física’ incorpora unas herramientas que agrandan las posibilidades de la compra tradicional con todos los recursos que aporta la world wide web. Estas tecnologías específicas de uso agrandado con los dispositivos móviles ofrecen múltiples beneficios comerciales. Algunas de ellas son las aplicaciones, los códigos QR, la realidad aumentada, los pagos a través de los móviles y los juegos.
Es una barbaridad como cada año son más los usuarios que deciden comprar a traves de su móvil. Dentro de poco las tiendas físicas no tendran sentido.