Jordi Carenys,
Doctor en Dirección y Administración de Empresas por la UPF y profesor de Finanzas y Control de Gestión en EADA
El concepto “control de gestión” puede tener diferentes acepciones, dependiendo del contexto en que se aplique o discuta. En general se acepta que un sistema de control de gestión engloba el conjunto de herramientas que utiliza la dirección para influir en las decisiones y el comportamiento de los miembros de una organización con el propósito de aumentar las probabilidades de que se alcancen los objetivos organizacionales.
La mayoría de estudios sobre control de gestión se han centrado en analizar por separado y de manera aislada distintas herramientas de control (presupuestos, indicadores, sistema de incentivos, etc.), pero muy pocos lo han hecho de manera integral. Analizar por separado los diferentes elementos de un sistema de control de gestión pude conducir a formular conclusiones parciales o a resultados incoherentes sobre la idoneidad de un sistema de control. Por ello, en los programas de EADA nos orientamos a presentar un marco conceptual que permita evaluar de manera holística la funcionalidad de un sistema de control a través del análisis de la coherencia entre todos sus componentes.
La aplicación de esta metodología consiste en analizar la coherencia y consistencia de cada una de las conexiones entro los componentes del sistema de control (ver figura 1). A mayor número de conexiones y mayor coherencia entre las distintas áreas del sistema de control, mejor funcionalidad y mayor solidez del sistema en su propósito de aumentar las posibilidades de alcanzar los objetivos de la organización.
Figura 1. Interconexiones posibles áreas sistema de control
Sin embargo, ningún sistema de control de gestión –por muy bien diseñado que esté– puede garantizar que la organización alcance sus objetivos, lo que se espera es que alinee las decisiones de los managers con los objetivos empresariales y, de esta manera, aumenten las posibilidades de que se alcancen. Sin duda, la falta de conexiones entre los componentes del sistema (o su debilidad) constituye un obstáculo a la hora de alcanzar los objetivos de la organización.
Ningún sistema de control de gestión, por muy bien diseñado que esté, puede garantizar que la organización alcance sus objetivos; lo que se espera es que alinee las decisiones de los managers de acuerdo a los objetivos empresariales
Analizar las conexiones entre las diferentes áreas de control y valorar su funcionalidad es importante para que la empresa alcance sus objetivos. Los resultados de las investigaciones llevadas a cabo en EADA muestran que la falta de conexión o su incoherencia entre áreas de control es un obstáculo para alcanzar los objetivos, que la debilidad de una conexión puede compensarse con la fortaleza de otras y que es posible diseñar diferentes sistemas de control igualmente funcionales a partir de diferentes combinaciones de elementos de control.
La figura 1 proporciona a simple vista una imagen de la densidad y calidad de las conexiones. Mediante este gráfico, los directivos pueden identificar qué áreas no están conectadas, y, a partir de ahí, desarrollar actuaciones que ayuden a hacerlo, y así aumentar la funcionalidad de su sistema de control de gestión.