¿Qué compromiso tienen universidades y empresas con la innovación?

La interacción entre universidades y empresas,

a debate

España aprueba con buena nota en producción científica, pues en los últimos años se ha convertido en la novena potencia mundial. A ello se debe el papel decisivo que tienen las universidades, donde se desarrolla el 60% del total de investigaciones científicas. En cambio, nuestro país suspende a la hora de poner en práctica estas investigaciones en términos de competitividad empresarial, descendiendo hasta el puesto 36, según datos del Foro Económico Mundial. Esto se debe, principalmente, a la escasa inversión que hacen las empresas en I+D+i.

En este contexto, universidad y empresa tienen una responsabilidad compartida en cuanto a la producción científica. Por una parte, las universidades deben analizar la viabilidad empresarial de sus proyectos científicos. Y, por otra, las empresas deben apostar todavía más por la innovación y aumentar sus recursos para impulsar proyectos de I+D+i.

Universidad y empresa tienen una responsabilidad compartida en cuanto a la producción científica: las universidades deben analizar la viabilidad empresarial de las investigaciones y las empresas invertir más en innovación

En torno a estas cuestiones giró la última edición de la Conferencia de Interacción Universidad-Empresa que organiza anualmente la University Industry Innovation Network (UIIN) y que este año se ha celebrado en Barcelona, entre el 23 y el 25 de abril. Bajo el lema “Retos y soluciones para el fomento de universidades emprendedoras e innovación colaborativa”, el evento reunió a más de 300 participantes procedentes de varios países, entre los cuales había investigadores, profesores, expertos en transferencia tecnológica, representantes de la industria científica, empresarios y políticos. EADA también participó como en el evento a través de workshops y seminarios sobre PhD, viabilidad empresarial de proyectos científicos y creatividad productiva.

Innovación colaborativa

Eric Viardot, director de Global Innovation Management Centre (GIMCE) y profesor de Estrategia Corporativa y Marketing de EADA participó en el seminario sobre PhD, en el que varios estudiantes de doctorado tuvieron la oportunidad de presentar y discutir sus proyectos finales de curso con el objetivo de intercambiar puntos de vista sobre su investigación con otros estudiantes e investigadores experimentados en disciplinas relacionadas.

“Este seminario fue de gran utilidad para los estudiantes, ya que pudieron tener un feedback de sus trabajos y pudieron extraer nuevas ideas para seguir adelante con su tesis”, explica Viardot. Y añade: “Cuando se prepara una investigación es imprescindible contar con opiniones externas ya que ayuda a tener otra perspectiva sobre el tema que se trabaja. Es lo que se conoce por innovación colaborativaopen innovation–, es decir, colaboraciones y sinergias entre perfiles de diferentes ámbitos para intercambiar ideas”.

Antes de iniciar una investigación es imprescindible elegir un tema con un enfoque limitado y ser conscientes de que es un proceso duro y, muchas veces, solitario

En el seminario, Viardot dio dos recomendaciones generales a los estudiantes que vayan a llevar a cabo una investigación: “La primera, elegir un tema con un enfoque limitado. El error típico de los estudiantes de doctorado es elegir un tema tan general que se convierte en un estudio que no se puede medir adecuadamente. La segunda, no abandonar el trabajo a pesar de las dificultades. Una tesis doctoral conlleva un proceso largo, duro y, a menudo, solitario. Por ello, seminarios como este permiten no sólo compartir las ideas del trabajo sino también todos esos obstáculos que se van encontrando”.

De la investigación al proyecto de empresa

Por su parte, Alexander Brem, profesor de Global Innovation Management Centre (GIMCE) de EADA, lideró el workshop Business from science, en el que se reflexionó y se dieron algunas claves sobre cómo convertir ideas en productos y servicios de gran utilidad para el mercado.

Brem aportó varias soluciones. Una de ellas es contar con el equipo adecuado: “Aunque la idea sea medianamente buena, un gran equipo puede convertirla en brillante. Para ello, es necesario explotar las principales potencialidades de cada uno de los miembros del equipo, detectar en qué son buenos y animarles a que propongan ideas”. Pero, sobre esta cuestión, Brem se muestra crítico por la poca apuesta que siguen haciendo las empresas por las personas con talento: “Hay que darles una oportunidad, pues se gana más que se pierde”.

La interacción con socios externos estimula la capacidad de innovación de una empresa, ya que aporta nuevos puntos de vista a la investigación

Otra solución se enmarca también en la idea de innovación colaborativa propuesta por Eric Viardot. Según Álexander Brem, “la interacción con socios externos estimula la capacidad de innovación de una empresa, ya que aporta nuevos puntos de vista a la investigación”. A esto añade “los contactos informales que se pueden establecer en reuniones, ferias y congresos, que son canales muy importantes de acceso al conocimiento externo que estimulan ideas innovadoras”.

Creatividad productiva

Por último, Franc Ponti, también profesor de Global Innovation Management Centre (GIMCE) de EADA participó en el workshop Productive Creativity. “Este concepto de creatividad productiva consiste en generar un gran número de ideas, valorarlas y seleccionarlas para, posteriormente, acabar escogiendo las mejores, prototiparlas y corregirlas las veces que sean necesarias en base a los objetivos propuestos”, explica Ponti.

En su opinión, “muchas veces intentamos ser creativos en equipo pero los resultados son pobres”. ¿Por qué? Según el experto en creatividad productiva, esto se debe, principalmente, a cinco factores: “La burocracia empresarial evita muchas veces que las ideas acaben siendo innovaciones de éxito; la envidia de los directivos, que en ocasiones se oponen a que la gente tenga iniciativas creativas; la falta de trabajo interdepartamental –cuando, de hecho, se innova entre todos-; la falta de una sistemática sólida de innovación; y el miedo al riesgo”.

La creatividad completa se consigue cuando en los procesos creativos individuales y en equipo hay una gran variedad de estilos de pensamiento

Además de todos estos obstáculos para la innovación, en el workshop hubo un apartado sobre neurociencias y creatividad, sobre cómo aprender a pensar de una manera diferente. Para conseguirlo, Ponti recomendó “salir de nuestra zona de confort cerebral y acceder a nuevos ámbitos”. En su opinión, “la creatividad completa se consigue cuando en los procesos creativos individuales y en equipo hay una gran variedad de estilos de pensamiento”.

Ponti también se refirió al método Gamestorming, es decir, “definir un reto creativo, generar muchas ideas locas y atrevidas, analizarlas detenidamente y combinarlas para finalmente seleccionar las más prometedoras”.