La iniciativa emprendedora en nuestro país es una realidad en crecimiento que, sin embargo, debe sortear múltiples trabas económicas y administrativas, especialmente durante su fase de gestación. Para revertir esta tendencia y apoyar a las start-ups desde su nacimiento y hasta que logren alzar el primer vuelo, desde el año 2010, EADA cuenta con un Centro de Emprendedores.
Según el informe Doing Business 2013, elaborado por el Banco Mundial y que compara las regulaciones empresariales para las empresas locales de 185 estados, España, pese a estar considerada como una economía avanzada, ocupa un nada honorable puesto número 136 en el ranking de países que ofrecen mayores facilidades para abrir un negocio, por detrás de rentas menos boyantes como las de Afganistán, Kenia, Ruanda, Senegal o Zambia. Y es que para poner en marcha una iniciativa emprendedora en nuestro país son necesarios una media de 10 trámites y 28 días, además de unos costos equivalentes al 4,7% de la renta por habitante y una inversión mínima de capital que representa un 13,2% de dicha renta. El mismo informe nos sitúa en el lugar 44 en facilidad para hacer negocios, por detrás de nuestros vecinos de Francia (puesto 34) y Portugal (30), colocándonos, así, a la cola de los principales estados europeos (en este sentido solo superaríamos a Italia, que ocupa un triste puesto 73). Y, a pesar de ello, la última Encuesta de Población Activa (EPA) –correspondiente al segundo trimestre de 2013- ha registrado un incremento en 37.300 personas del número total de trabajadores por cuenta propia, creciendo en 14.400 el número de empleadores y en 13.900 el de los empresarios sin asalariados o trabajadores independientes. ¿Cómo explicar estos datos?
Porque a emprender es “algo que se puede y se tiene que aprender
“La crisis nos está empujando a todos hacia un cambio de modelo económico y empresarial. Un cambio que es irreversible y que ha obligado a las personas a que se planteen que hay que dejar de esperar a que nos empleen, a que nos resuelvan los problemas, y empezar a contribuir para aportar nosotros las soluciones. Y emprender es eso: es buscar nuevas vías, innovar, crear, iniciar, poner en marcha, dinamizar, potenciar”. Lo explica Manuel Marín, profesor asociado y director del Centro de Emprendedores de EADAAlunni.
Una tendencia al alza con mucho camino por recorrer
En efecto, emprender es una opción al alza, tal y como recoge el último informe del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) al confirmar que, desde el año 2009, la intención emprendedora de los españoles ha registrado un aumento sostenido. Así, en 2012, la tasa de Emprendedores Potenciales se situó “en un 12,05% de la población adulta”, mientras que la tasa de Empresarios Noveles con empresas de muy reciente creación “aumentó un 9,34%”, de modo que conformarían el “1,35% de la población adulta”. Pero para que la consolidación del emprendimiento pueda considerarse como un hecho, lamentablemente todavía queda mucho camino por recorrer. Los mismos datos del GEM nos recuerdan que seguimos teniendo un “flujo empresarial negativo” con “cuatro años seguidos con más destrucción empresarial que creación” y una variación interanual del -2% en la tasa de actividad emprendedora total española en 2012 respecto al año anterior. El Informe Global de Competitividad 2013-14 del Foro de Davos, por su parte, alerta que España tiene que seguir esforzándose “en resolver aspectos ligados a las debilidades del funcionamiento y eficiencia de sus mercados, impulsar la innovación y mejorar el acceso a la financiación para reducir la brecha que las separa de otros países europeos en materia de competitividad”.
Así las cosas, la administración, tanto central como autonómica y local, aunque con cierto retraso y a remolque de la realidad económica y social, ha puesto en marcha en los últimos años diversos programas de impulso al emprendimiento bajo la forma de asesoramiento y apoyo financiero como el que ofrece ACC1Ó, en Cataluña, o Madrid Emprende, en la capital. También la iniciativa privada, a través de la figura de los business angels (The Crowd Angel, EBAN, SeedRocket, Keiretsu Forum, etc.) o el crowdfunding y las 3F de family, friends and fools, lleva ya años contribuyendo a materializar proyectos. Pero la fase de travesía del llamado valle de la muerte (como se denomina en el argot empresarial al periodo más difícil de incubación de una empresa -cuando hay que pasar de tener una idea a plasmarla en el mercado- y en el que mueren el 90% de los proyectos) aún sigue sin recibir el sostén necesario. “En general, se acompaña al emprendedor cuando ya tiene creada la startup, cuando ya está facturando”, señala Pau Roig, director de Relaciones Corporativas de EADA, “porque, lógicamente, en ese punto es más fácil y seguro invertir, porque el riesgo entonces es mucho menor”. Pero, recuerda con la colaboración de Manuel Marín , “sin riesgo, no hay negocio”. Y sin negocio, no es posible lograr rentabilidad, “que es la única medida final de la eficacia”, sostienen ambos expertos. Un pez que se muerde la cola.
Aprender a emprender
Conscientes de estas limitaciones, especialmente de la aversión al riesgo por parte de los inversores iniciales que, afirman Marín y Roig, “todavía están muy verdes en nuestro país”, desde la comunidad de antiguos alumnos de EADA se planteó, hace cinco años, la necesidad de crear una unidad de servicios con el objetivo de, precisamente, intervenir en este punto crucial para la iniciativa emprendedora (lograr el capital semilla mínimo necesario para convertirse en realidad) y poner en marcha el proceso de incubaceleración de start-ups. Nacía, así, el germen de lo que hoy es el Centro de Emprendedores de EADAAlumni que, desde 2011, ayuda a materializar proyectos emprendedores e intraempresa de alumnos y antiguos alumnos, asesorándolos, conectándolos y, sobre todo, mentorizándolos con expertos en marketing, en finanzas y en start-ups. Porque a emprender es “algo que se puede y se tiene que aprender”, recuerda Pau Roig.
Para emprender hay que saber un poco de todo: finanzas, marketing, gestión de equipos, etc. Y eso es muy difícil que se dé en una sola persona
Y es que “la idea de partida del centro fue la formación de emprendedores”, confirma su director, porque “se habla mucho de que el emprendedor nace, no se hace”, y esa es una idea completamente errónea, según Marín. “Los genios como Mark Zuckerberg (que no llegó a acabar el primer año de la universidad), Steve Jobs o Michael Dell solo aparecen muy de vez en cuando”, razona. En consecuencia, y siguiendo con la filosofía de formación activa y a medida que promueve EADA, Manuel Marín aconseja a quien quiera convertirse en un buen emprendedor que siga un proceso de “formación específico de iniciativa emprendedora”, porque “no es lo mismo dirigir una empresa que una start-up”, ya que “una start-up es un caos de esfuerzo y de pasión y eso no se aprende específicamente en un MBA, a menos que éste incluya un track de entrepreneurship como hemos introducido nosotros en EADA”. Y lo mismo ocurre con muy buenos técnicos que deciden instalarse por su cuenta pero no disponen de las herramientas necesarias para emprender: “Un muy buen técnico con una muy buena idea técnica pero sin un muy buen modelo de negocio ni preparación empresarial está condenado a estrellarse porque difícilmente encontrará inversor”, continúa Marín.
Paralelamente a este primer objetivo de formación, y para solventar el temido pase del valle de la muerte que debe superar toda start-up, el Centro de Emprendedores ha puesto en marcha este año ocho proyectos propios de iniciativa emprendedora (cuatro de ellos en colaboración con ACC1Ó). La finalidad de este programa denominado Iniciativa de Capital Semilla es recoger los proyectos finales de los programas máster de la institución formados por equipos emprendedores que cuenten con, como mínimo, un alumno o antiguo alumno de EADA y que presenten características adecuadas de ambición, escalabilidad, potencial de crecimiento y vocación de internacionalización para proponerles un proceso de aceleración de seis meses para su maduración rápida. De este modo, la iniciativa los acompañará a lo largo de seis meses en la dura travesía que separa al proyecto del mercado real. “Durante este tiempo, los dotaremos de los recursos mínimos financieros para lanzar su start-up a través de un fondo de capital semilla que hemos creado con EADA (denominado Fondo Feed) para que puedan recibir asesoramiento experto y dispondrán de instalaciones de incubaceleración mientras se someten al encuentro con el mercado, además de a un seguimiento semanal”, explica Marín. El objetivo es que los proyectos sean capaces de volar por sí mismos transcurridos estos meses, “aunque si algún proyecto está maduro en cuatro meses, lo mandaremos antes al mercado, porque la intención es recuperar la inversión y volverla a poner en el siguiente proyecto”, subrayan Marín y Roig, conscientes, también, de que habrá algunos fracasos. “EADA no tiene ningún ánimo de lucro en el fondo de inversión, es un fondo de préstamo revolving, así que los proyectos que permitan recuperar el capital invertido ayudarán a cubrir las mermas de los proyectos que fracasen”, añaden.
Como ventaja adicional, los proyectos que formen parte del programa de incubación y aceleración del Centro de Emprendedores tendrán acceso a la plataforma online integral de inversión colectiva en empresas de Bihoop Ventures, donde su proyecto “podrá adquirir visibilidad, levantar capital, incorporar talento y establecer relaciones dentro de la comunidad emprendedora durante la incubaceleración”.
Business generation factory
El Centro de Emprendedores, pues, desea funcionar como un potente motor impulsor del emprendimiento cuya finalidad última es convertirse en un centro de referencia nacional e internacional en iniciativa emprendedora, “incrementando, así, el prestigio de EADA como institución de carácter práctico”, recalca Manuel Marin. “El Centro de Emprendedores no tiene el objetivo de crear académicos o premios Nobel de economía”, añade, “sino emprendedores y empresarios que creen nuevas oportunidades y puestos de trabajo, que se sostengan y que se internacionalicen” de modo que contribuyan a la generación del nuevo tejido empresarial convirtiendo al Centro en una business generation factory.
Además, concluyen Marín y Roig, “pretendemos que algunos de los másteres internacionales que nos visitan se queden entre nosotros emprendiendo y creando trabajo y riqueza aquí. Tenemos muy buenos jóvenes profesionales, algunos de gran capacidad y talento. Descubrir, impulsar y retener esos talentos también es objetivo de la Iniciativa de Capital Semilla del Centro de Emprendedores de EADA Alumni.
Los genios como Mark Zuckerberg (que no llegó a acabar el primer año de la universidad), Steve Jobs o Michael Dell solo aparecen muy de vez en cuando
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