Ferran Núñez, Director del programa Start-Up: Creación de empresas de Valor y profesor de EADA
1961, dos poblaciones, complementarias, necesarias la una para la otra, pero separadas por una masa densa, lineal e impermeable que impediria cualquier contacto mutuo… Octubre del 1989 un clamor, “break the wall”… 11 de Noviembre de 1989, una batalla contra la falta de lógica y el absurdo más cruel ganada… el muro ha caído…
2013 será un año marcado por la crisis, pero algo está cambiando. Hace apenas un año el panorama era incierto y en muchas ocasiones inaceptable para muchos directivos. La aceptación de la situación este año es cada vez mayor entre los altos ejecutivos, y sí, es para mí una excelente noticia… ¿Cómo hacer cosas nuevas si no aceptamos antes que el mundo, el entorno, ha cambiado?
Alex Ostelwalder presentó hace unos días una interesante reflexión… existen dos mundos: el de los ejecutores y el de los emprendedores, y son dos mentes que rara vez coinciden. Si lo llevamos al tejido empresarial, habitualmente tenemos dos tipos de empresa:
- Las grandes empresas, con grandes capacidades para la ejecución de modelos de negocio y planes a largo plazo, pero con miedo a cambiar
- Las pequeñas empresas, llenas de visionarios capaces de adaptarse en pocas semanas a las necesidades mercado, pero a menudo, con miedo a estabilizarse
Como consultor, he percibido en demasiadas ocasiones el miedo al cambio, el miedo a arriesgar. Y es que la propia cultura empresarial de nuestro país nos empuja a temer… ¿Por qué?… porqué no existe el espacio para experimentar. Muchas empresas contratan formación innovadora, talleres de creación de ideas, charlas sobre empresas como Apple, incluso algunas crean “el espacio del ping pong” para parecerse a Google… ¿es suficiente?
La respuesta es: ¡Rotundamente no!
La gran diferencia de estas empresas referentes es su cultura emprendedora, la capacidad de reinventarse continuamente trabajando de la mano con la capacidad de ser eficientes… su capacidad de erradicar los muros entre los gestores y los visionarios, entre los que gestionan de forma eficiente y los que experimentan.
La mayoría de empresas tienen un miedo extremo al error, y lo transmiten a su plantilla como el elemento más básico de su ADN. Para generar iniciativa emprendedora en una empresa no basta con ofrecer charlas o contratar emprendedores, necesitamos un ecosistema y esto implica romper muros. Si tomamos un emprendedor y lo liberamos en un entorno que no respeta la experimentación, o bien conseguiremos que abandone la empresa, o bien mataremos su capacidad de emprender.
La iniciativa emprendedora en la empresa solo puede sobrevivir si el ecosistema se lo permite, si conseguimos aceptar el error como parte del proceso que nos lleva a la excelencia. Apple ha estado al borde el abismo en varias ocasiones. Su modelo de negocio, ha tenido que mutar de forma radical en todas ellas. En estos últimos años, precisamente esa capacidad de disrupción continúa en sus modelos, se ha convertido en una de las variables más importantes de su éxito.
Para ganar la guerra de la obsolescencia del modelo de la empresa, hay que perder algunas batallas… lucha, pierde, aprende y hazte más fuerte… rompamos el tabú y equivoquémonos… let’s break the wall…